Pienso que todavía quedan algunos que creen que el tiempo de espera de los otros les hace más importantes...Entonces, a mayor espera mejor.
Afortunadamente, estos individuos cada vez son menos y la puntualidad se valora como indicio de orden y eficiencia.
En general, estamos acostumbrados a ser bien atendidos y no pensamos mucho en las personas que habitualmente tienen que esperar a otros.
Cuando me toca esperar, antes de irritarme, intento pensar en todas las personas a quienes he hecho esperar aun sin quererlo ni pensarlo.
Tomar conciencia de que uno también ha provocado esa rabia e impotencia por esperar sin justificación ni explicación, nos ayudará a mejorar en este punto, que, sin duda, es un aspecto concreto del respeto que debemos a todas las personas.
Certero diagnóstico.
ResponderEliminarSupongo que, para quien fue adiestrado para tratar con pacientes, resulta complicado pasar a considerarlos como clientes.
Tratamiento indicado: Reflexión y empatía. Administrar una vez, antes de cada visita. Repetir hasta remisión.
Un saludo.
Jajaja...Muy ingenioso tu comentario. Gracias, Alberto. Un abrazo.
EliminarSi se está acostumbrado a tratar con pacientes, que son personas llenas de paciencia, no hay problema. Pero si se trata con pacientes, que son personas que sufren o padecen una enfermedad, entonces el respeto que se debe exigir es mayor.
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