Desde
hace unos días sabemos que el Gobierno va a destinar 225 millones de euros para
prejubilar al veinte por ciento de los estibadores. Cantidad a la que se
sumarán los 350 millones ya previstos para lo que -en lenguaje cortesano- se
denomina “la subrogación de los pasivos laborales en el cambio de modelo de
empresas en el sector portuario” y que, traducido al lenguaje del común de los
mortales, quiere decir que se va a destinar dinero público contante y sonante
-¡otra vez!- para solucionar un conflicto social de carácter privado.
Este
método de “solucionar" problemas o conflictos tiene los días contados con un
sistema de seguridad social que está a punto de saltar por los aires no sólo
por el envejecimiento demográfico sino, también, por este tipo de corruptelas.
En este caso estamos hablando de unos seis mil empleados y, alguien, con cierta razón, podría argumentar que no es para rasgarse las vestiduras. Pero, realmente, todo suma: hoy estibadores, ayer empleados de las antiguas cajas de ahorro, antes de ayer, los mineros… Suma y sigue.
En este caso estamos hablando de unos seis mil empleados y, alguien, con cierta razón, podría argumentar que no es para rasgarse las vestiduras. Pero, realmente, todo suma: hoy estibadores, ayer empleados de las antiguas cajas de ahorro, antes de ayer, los mineros… Suma y sigue.
Unos
paisanos que, con poco más de cincuenta años, se van a casa con en torno al
setenta por ciento de su sueldo que, en el caso que nos ocupa, dicen, es
superior a los sesenta mil euros al año… Aquí paz y después gloria.
Y, tal como están las cosas, es decir, el sistema de pensiones, el verdadero problema no está en lo que se llevan sino en lo que van a dejar de aportar: las cotizaciones sociales de unos trabajadores que todavía tenían por delante unos veinte años más de vida laboral.
Y, tal como están las cosas, es decir, el sistema de pensiones, el verdadero problema no está en lo que se llevan sino en lo que van a dejar de aportar: las cotizaciones sociales de unos trabajadores que todavía tenían por delante unos veinte años más de vida laboral.
Vamos
a ver qué dicen de estos desmanes las autoridades de la Unión Europea o de la
OCDE, sobre todo estos últimos que, en sus últimas recomendaciones, estaba la
de restringir las pensiones de viudedad y orfandad a los casos de rentas más
bajas para aliviar costes al sistema. Tal cual, con un par…
El
dinero destinado a este asunto es ¿mucho o poco? Pues usted mismo: hoy dicen
los diarios de información económica que la fusión de Bankia y BMN permitirá
recupera 400 millones de ayudas y se presenta esta cantidad como un argumento
de autoridad a favor de esta fusión.
Por
cierto, que de los más de 51.000 millones de euros que España “inyectó”, es
decir, regaló al sector financiero para rescatar cajas mal gestionadas, hasta
la fecha, sólo se ha recuperado en torno a un cinco por ciento. Pues, digo yo,
que lo razonable sería empezar a buscar por aquí el dinero necesario para cuadrar
las cuentas y dejar en paz las pensiones de viudas y huérfanos.
Espero
que este despropósito no se llegue a concretar ni tampoco las “advertencias
bíblicas” a los “faraones” que carguen la mano contra viudas y huérfanos. Por
el bien de todos.