@MendozayDiaz

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jueves, 20 de diciembre de 2012

Personas no "recursos humanos".

Si bien es cierto que los activos fijos, el equipamiento e infraestructura son recursos altamente necesarios para las empresas, no es menos cierto que los trabajadores, todavía llamados "recursos humanos" tienen una importancia superior. 

Sin gente es imposible que una organización logre sus objetivos.

Muchos se siguen preguntando ¿por qué resulta tan compleja la dirección del "recurso humano"?, ¿cómo evaluar su desempeño?, ¿realmente son tan decisivos en el logro de los resultados de las empresas? 

Es necesario recordar la importancia que tiene el "recurso humano" sólo por el hecho de ser personas. Se trata de un tema trascendente pues las personas son en sí la organización.

Probablemente todavía muchos puedan caer en el tópico de decir que los "recursos humanos" son muy costosos. Pero, recordemos que la mayor ventaja competitiva de un país son las personas; y, si bien la tecnología se compra, la creatividad o la inteligencia depende del querer de cada uno.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Lograr una buena educación, prioridad de todos.

Hoy, en España, la casi totalidad de los ciudadanos saben leer y escribir lo que supone un logro inimaginable hace un siglo. 

Sin embargo, eso no basta en las relaciones económicas y sociales de nuestro tiempo. Muchas personas no son capaces de seguir instrucciones escritas, tienen dificultades para comprender lo que leen y no son capaces de extraer mínimas consecuencias analíticas. Son los llamados "analfabetos funcionales".

La comprensión como distinta al simple desciframiento de los símbolos escritos que constituyen las palabras, es vital para manejar manuales y sistemas informáticos, por ejemplo.

Para una economía que sólo pretende producir y exportar materias primas, esta cuestión tiene poca importancia. En cambio, la microelectrónica, biotecnología, telecomunicaciones, etc., todas ellas son industrias basadas en la capacidad intelectual de las personas y, por ello, se pueden instalar en cualquier lugar del mundo.....

El conocimiento y las habilidades son la más importante (si no la única) fuente de ventaja comparativa sostenible en el largo plazo. 

El esfuerzo por una buena educación es una prioridad de todos, es la base para un desarrollo humano y económico sostenible.

lunes, 10 de diciembre de 2012

La Regla De Los Cien Euros.

No aceptar regalos cuyo valor exceda de esta cantidad es la política recogida en el código de ética de algunas organizaciones que comenzaron a regular estas situaciones (obsequios comprometedores, información privilegiada, transparencia, precauciones para no contraer compromisos que impliquen ataduras, etc) en los años treinta del siglo pasado. 

En concreto, respecto a los obsequios, la política que suele regir para todos los miembros de la organización señala que no se deben aceptar regalos de ningún tipo y por ningún valor, incluidos productos, servicios, tanto de clientes como de proveedores. 

Sin embargo, se establecen algunas excepciones. Por ejemplo, se reconoce la costumbre social que existe en algunos países -como España- de intercambiar regalos por Navidad. En este caso concreto se acepta esta práctica en esta época del año, como una excepción a la regla, siempre que los presentes tengan un precio inferior a los cien euros. Además de cumplir con este requisito, el receptor debe informar a su jefe directo para que extienda una autorización escrita que permita a ese empleado recibir el regalo.

Además de este procedimiento, se señala que el obsequio puede ser aceptado siempre y cuando eso no signifique, bajo ninguna circunstancia, un compromiso. Lo cual puede ocurrir, por ejemplo, en el caso de un banco, si un empleado recibe una atención de parte de un cliente al cuál se le está renegociando su crédito hipotecario.

En caso de que el valor del regalo supere los cien euros, los destinos que puede tener son diversos. Una posibilidad es que se autorice al destinatario a quedarse con él. Otra alternativa que se usa con frecuencia es enviar el regalo a alguna institución de beneficiencia, esto después de que la persona ha recibido educadamente el presente, lo ha agradecido y le ha hecho ver a ese cliente o proveedor que no puede quedárselo por razones de política de su organización. 

Para facilitar su vigencia y actualidad, periódicamente, los empleados deben firmar un documento en el que declaran estar informado sobre estas políticas, a la vez que se comprometen a informar cualquier situación que pudiera significar un conflicto de intereses.

Me parece una excelente práctica para facilitar la honradez de las personas y la transparencia de las organizaciones.


sábado, 8 de diciembre de 2012

"Fracaso no significa..."

"Fracaso no significa que estemos derrotados: significa que hemos perdido sólo una batalla.

Fracaso no significa que no hemos logrado nada: significa que hemos aprendido algo.

No significa que hemos sufrido el descrédito: significa que estuvimos dispuestos a ensayar.

No significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer las cosas de una manera diferente.

Fracaso no significa que somos inferiores: significa que no somos perfectos.

No significa que hemos perdido nuestra vida: significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.

No significa que debemos echarnos atrás: significa que debemos luchar con mayor ahínco.

Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas: significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.

Fracaso no significa que Dios nos haya abandonado: significa que Dios tiene una idea mejor."

jueves, 6 de diciembre de 2012

Educación y cortesía.

Las dificultades actuales, la mayor incertidumbre y la mayor carga de trabajo están provocando una mayor tensión en las organizaciones. Las discusiones, los malos entendidos, etc. se hacen presentes y, a veces, generan un ambiente difícil y desagradable.

Si en este contexto, además, los que tienen la responsabilidad de dirigir no practican las normas básicas de educación y cortesía, la situación empeora aún más.

¿Cuáles son estas normas básicas de convivencia que habitualmente no se respetan?

  • No saludar al llegar a la oficina. No mirar a la cara.
  • Llegar tarde a las reuniones haciendo perder el tiempo a los demás, generalmente sin pesar alguno por la pérdida de tiempo y la falta de respeto que supone para otras personas.
  • No responder: correos, llamadas de teléfono, etc.
  • No escuchar a los otros: leyendo en las reuniones mientras otros exponen, interrumpiendo la exposición o monopolizando el uso de la palabra.
  • Enfadarse, elevando violentamente el tono de voz ante cualquier hecho que no sea de su agrado.
  • No pedir las cosas por favor ni dar las gracias.

Muchos directivos se excusan diciendo que no es un problema de mala educación sino de falta de tiempo... Lo cierto es que refleja una mala organización personal del tiempo por no delegar lo suficiente. Pero en el fondo, opino, hay una falta de respeto y consideración hacia las personas con las que trabajamos. Por tanto, sugiero recuperar, actualizar, las mejores prácticas de normas de buena educación en favor de las personas con las que convivimos en nuestro trabajo profesional, especialmente, con quienes tenemos la responsabilidad de dirigir.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Primero lo primero.


El tiempo es el recurso más escaso con el que contamos; de tal manera que cómo lo aprovechamos marca la diferencia. 

Hay quiénes piensan que aquellas personas que trabajan muchas horas son los verdaderos líderes de la vida... Sin embargo, a veces, resulta chocante observar, por un lado, el éxito de un líder para administrar una empresa y, por otro, su incapacidad para solucionar problemas familiares. En otras palabras, un auténtico líder debiera ejercer con éxito su influencia en todos los ámbitos de su vida; de lo contrario, el desequilibrio en alguno de ellos, irremediablemente, afectará a los otros.

A veces vivimos atrapados haciendo cosas urgentes y dejamos de atender los aspectos más importantes y trascendentales de nuestras vidas, como escuchar a nuestros hijos, a un empleado, o simplemente salir a divertirnos con la familia o los amigos.

En ocasiones, lo urgente coincide con lo importante; sin embargo, en términos generales, parece que por un deseo de sentirnos importantes nos llenamos de actividades que pueden ser delegadas o simplemente pueden ser pospuestas.

Es necesario detener nuestra diaria carrera hacia ese afán desmedido de falso éxito y percatarnos que todos corremos el riesgo de perder o, al menos dejar de lado, aspectos valiosos de nuestras vidas. 

Quizá, para muchos, hacer dinero y tener éxito a corto plazo sea algo muy significativo, pero seguramente las metas que todos desearíamos lograr al final de nuestras vidas tienen más relación con nuestra familia y amigos.

El liderazgo más trascendente lo ejercemos en relación a nosotros mismos. La respuesta más solida a los retos competitivos que tenemos que enfrentar pasan por un mejor aprovechamiento de nuestro tiempo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Hechos no palabras.

"Las palabras convencen, el ejemplo arrastra", "se puede engañar a una persona muchas veces, engañar a muchas personas algunas veces, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". Estos dos refranes sintetizan el valor, la consecuencia y la falta de coherencia de nuestro actuar. Las palabras pueden ser bonitas pero si no se respaldan con hechos, de nada sirven.

Esta verdad la podemos y debemos aplicar en nuestra vida. En la convivencia con nuestros hijos es quizá donde nuestra falta de coherencia se manifiesta de manera más viva; a veces nuestros hijos pequeños ponen en evidencia nuestras flaquezas con alguna pregunta inocente... En nuestra relación de pareja, la manera más clara de ver nuestra falta de coherencia es preguntarnos ante cada circunstancia: "¿me gustaría que esto me lo hicieran o dijeran a mí?".

En lo profesional esta realidad se empieza a expandir en la medida que uno vaya asumiendo mayores responsabilidades: lo que hacemos o dejamos de hacer es visto por más personas y afecta a más personas. Ya no estamos expuestos a la "pregunta inocente" de un hijo, pero no por ello nuestras faltas de coherencia se notan menos. Una empresa es una cadena donde tanto los buenos como los malos ejemplos tienen por lo general un efecto en cascada. 

Cada vez que el ámbito de influencia se amplía, la falta de coherencia se hace más evidente. Quizá donde esto se nota más es en el ámbito político donde se ofrece y promete con demasiada ligereza. Ya hace tiempo que la mayoría de las encuestas revelan la mala consideración social que, en general, tienen los políticos. Claramente la percepción de la mayoría de los ciudadanos es que las promesas no van acompañadas de hechos.

Nuestra falta de coherencia, en el fondo, no es sino una forma de engaño, la cual podrá ser intencionada o inconsciente pero no por ello deja de ser un engaño...Una parte de la solución a este problema está en esforzarnos por actuar de forma coherente. Pero también, como afectados por las incoherencias de otros, nos corresponde corregirles para darles la oportunidad de enmendarse.




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Libres.

El descubrimiento del genoma supuso una nueva etapa en la historia de la ciencia y de la medicina, en el sentido que permitió conocer la información albergada dentro de cada una de las células del ser humano, de la cual se derivan la estructura y funcionalidad de las distintas proteínas. Estas proteínas confieren no solamente la expresión externa del individuo, lo que se denomina fenotipo, sino también la funcionalidad de los distintos órganos y sistemas de las persona.

Desde el punto de vista médico, el conocimiento de los genes y su interrelación con la presencia de determinadas enfermedades ayuda a identificar alteraciones genéticas que predisponen al desarrollo de las mismas. En la misma línea, el conocimiento de estos genes alterados ha permitido la identificación de nuevas estrategias terapéuticas.

Uno de los aspectos del "libro de la vida" que más me ha llamado la atención es el dato de que los hombres somos muy similares unos a otros, con un nivel de homología del 99'99%, y donde las diferencias a nivel de mínimos cambios constituyen únicamente el 0'01%. En este sentido, está claro que, con una carga genética muy similar, son las condiciones personales de cada individuo y la forma en que ejerce su libertad como persona el camino que conduce a las distintas formas de orientar la libertad y el compromiso personal.

Dicho de otro modo: la bondad y la maldad no están incoadas en los genes. Las virtudes humanas no vienen predefinidas a nivel de las unidades que componen el genoma humano, los genes, sino que a partir de contenidos muy similares de genes, es la libertad personal y la integración del individuo en su entorno lo que permite desarrollar las distintas cualidades personales. 

Igualmente el conocimiento del genoma humano y el comprobar que las diferencias entre los distintos individuos no llegan al 0'01%, representan un sólido argumento que echa por tierra las tesis racistas al comprobar que el determinismo biológico no tiene razón de ser ni base científica en la diferenciación étnica. Las distintas personas e individuos que poblamos el planeta, más allá de nuestros rasgos diferenciadores, formamos una gran masa unida por una información genética que compartimos con una similitud prácticamente absoluta.

Sin embargo, no todos los individuos somos iguales, porque, de alguna forma ese 0'01% de diferencia en la secuencia permite la riqueza de expresión fenotípica con la que contamos en el planeta. Asimismo, la información albergada en el genoma queda completamente tamizada con el compromiso personal y la forma de enfrentarse a los desafíos de la vida. En esta línea, el barniz que aporta la cultura y la educación de la persona, como también su adquisición de una escala de valores, enriquece notablemente el contenido estricto de la información contenida en nuestro genoma.

En definitiva, lo que nos clarifica el genoma humano es que las características éticas, las virtudes humanas y la libertad del individuo no vienen regidas por informaciones contenidas a nivel de genoma. A partir de unos datos brutos que pueden constituir el conjunto del genoma, estas cualidades y características personales surgen de la forma en que la cultura, la educación y la integración con el ambiente moldean los aspectos básicos que componen la personalidad humana. No existe un "determinismo genómico" en el concepto global de persona. El compromiso que adquiere el individuo frente a su libertad y la manera de enfrentarse al mundo, es modulado en parámetros que no son biológicos. Afortunadamente.

viernes, 9 de noviembre de 2012

"...que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas".

En estos tiempos tan acelerados, la velocidad ha pasado a ser un principio de la gestión (de la vida).

Todo debe ser rápido. Hay que pensar rápido, evaluar rápido, proponer rápido, decidir rápido y actuar rápido. A veces, ni siquiera queda tiempo para controlar...rápido.

Con esta cultura de la velocidad en muchas situaciones a lo único a lo que realmente podemos imprimir aceleración es a nuestras acciones, normalmente precedidas de un débil proceso de decisión. Así sacrificamos el cumplimiento cabal de un objetivo bien perfilado por tan sólo aproximarnos a él con rapidez.

Es mejor tratar de ser primero efectivos para después serlo con rapidez, sin renunciar al sereno análisis.

"Despacito y buena letra
que el hacer las cosas bien,
importa más que el hacerlas"

(Antonio Machado).



miércoles, 7 de noviembre de 2012

Importancia de la confianza, también en la empresa.

La confianza es uno de los valores más importantes para el buen funcionamiento de cualquier sociedad. 

Su vigencia y pleno respeto en el actuar de cada uno, va desde las relaciones familiares hasta las relaciones políticas y económicas. 

En el ámbito de una empresa, la confianza radica en sus directivos y en sus propietarios. Lo que se cuida, en general, es mejorar la opinión que tengan clientes, proveedores y autoridades. Sin embargo, es menos habitual la preocupación por lo que ocurre al respecto al interior de la propia empresa.

Una empresa cuyo quehacer esté fundamentado en la confianza, deberá motivar y preparar a quienes tengan responsabilidades de dirección para que hagan propia esa virtud y la difundan entre sus colaboradores por medio de sus actuaciones.

Lograr un clima de confianza es un cambio cultural y, por tanto, puede tomar años. Por eso requiere del compromiso de los líderes, tanto en la determinación de las reglas del juego como -y sobre todo- con su respeto a ellas.

Precisa también del respeto a las personas, a su identidad, a su desempeño, a sus propios valores e intereses. 

Además, hay ciertos estilos de dirección que permiten protegerla y desarrollarla: transparencia en la información y credibilidad por la consistencia entre la versión oficial y las comunicaciones informales; la práctica de la crítica directa (siempre en privado), constructiva y jamás descalificatoria; admisión del error como oportunidad de aprendizaje y estímulo para atreverse, sin que la equivocación sea amenaza de estabilidad laboral; responsabilidad en el cumplimiento de compromisos, tanto del que asume el encargo como del que espera su resultado; actitud y medios para que todos sean escuchados en sus inquietudes y puedan evaluar periódicamente la evolución de los asuntos que les afectan.

El mundo empresarial y de los negocios, especialmente en una economía globalizada, depende -y mucho- de la existencia de relaciones de confianza entre los actores. 

Esto es lo que realmente vale, más allá de todas las protecciones legales y contractuales que se adopten en cada oportunidad.

martes, 6 de noviembre de 2012

Esta crisis no es económica sino política.

Me encuentro entre quienes opinan que esta crisis no es económica sino política. 

Nuestro sistema político no ha sido todavía capaz de crear y administrar normas adecuadas que armonicen el razonable afán de lucro con las necesidades de la gente; ni de generar una mayor equidad en el desarrollo humano; ni ha hecho realidad una administración de justicia que oportunamente (sin dilaciones innecesarias) resuelva los conflictos de una sociedad compleja como la nuestra. Nuestro sistema político tampoco ha sido capaz de equilibrar el desarrollo de los negocios con la protección del medio ambiente.

Quizá la asignatura pendiente más importante es lograr una buena educación para la mayoría de los ciudadanos. La virtud y la ética no son habitualmente valoradas; al contrario, frecuentemente se ha tolerado la frescura, la obtención del dinero fácil y el uso y abuso de privilegios.

En general, no se aprecia un predominio de la ética, ni una preocupación por el bienestar social que ponga a las personas como prioridad o, al menos, al mismo nivel que la aspiración de obtener beneficios.

La buena educación ciudadana no se desarrolla naturalmente, hay que fomentarla. Una forma de hacerlo es argumentando públicamente la importancia de que las personas sean el centro de la actividad económica. 

Está de moda descalificar la actividad política. Debemos valorarla y colaborar, en la medida de nuestras posibilidades, para que ésta mejore. Por ejemplo, ejerciendo con una mayor responsabilidad nuestro derecho al voto. 




viernes, 2 de noviembre de 2012

Demagogias.

Dice la segunda acepción de la palabra demagogia (www.rae.es/demagogia) que se trata de una  "degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder". 

Definición de autoridad sobre lo sucedido en Argentina con la aprobación de la norma que rebaja la edad para votar a los dieciséis años. Dicen los que saben de esto que los partidarios de la Presidenta han aprobado esta medida para garantizar su éxito electoral en los comicios del próximo año donde casi un millón y medio de estos jovencitos podrán estrenar su derecho al voto. 

A mi me aburre pensar en la cantidad de charlatanes que vamos a tener que soportar durante los próximos días (algunos ni el puente han perdonado) en defensa y promoción de esta nueva "conquista social". 

No estoy de acuerdo. No creo que una democracia sea mejor democracia otorgando el derecho a voto a los dieciséis años. Es cierto que ya no son niños pero también lo es que no son jóvenes, son adolescentes con todas las turbulencias de esa edad. Y, por tanto, más fácilmente influenciables y, en su caso, manipulables. Están en proceso de maduración y, como decía la tía Aurora, no por mucho madrugar amanece más temprano. 

Soy consciente que defender esta posición es políticamente incorrecta. Quizá antes, en ocasiones, callaba porque no es agradable que te traten de inmovilista, retrógrado y otras lindezas al uso. Ahora no me importa, con los años creo haber adquirido -como dicen mis amigos mexicanos- "tantita" (un mínimo de) fortaleza para defender mis opiniones aunque tenga que sufrir las consecuencias de quien va contracorriente. Los años desinhiben...

En 1995 (¡hemerotecas, por favor!) quienes se opusieron a que el Código Penal rebajara la llamada "mayoría de edad sexual" a los trece años fueron acusados de reprimidos, integristas, puritanos y, por supuesto, de fascistas... Ni los gobiernos de Don José María Aznar ni los de Don José Luís Rodriguez Zapatero atendieron las recomendaciones del Consejo de Europa y de Naciones Unidas de elevar la edad para el consentimiento sexual de los menores.

Numerosos casos de abusos de menores y quizá el más reciente de esa chiquilla, seducida y asesinada por un hombre que le triplicaba la edad, han producido la alarma social que hace pensar a tanta gente y reaccionar a los políticos. 

Afortunadamente hoy, unos y otros, parecen estar acuerdo en que lo razonable es elevar la edad legal de las relaciones sexuales consentidas. Mejor así.