@MendozayDiaz

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lunes, 10 de diciembre de 2012

La Regla De Los Cien Euros.

No aceptar regalos cuyo valor exceda de esta cantidad es la política recogida en el código de ética de algunas organizaciones que comenzaron a regular estas situaciones (obsequios comprometedores, información privilegiada, transparencia, precauciones para no contraer compromisos que impliquen ataduras, etc) en los años treinta del siglo pasado. 

En concreto, respecto a los obsequios, la política que suele regir para todos los miembros de la organización señala que no se deben aceptar regalos de ningún tipo y por ningún valor, incluidos productos, servicios, tanto de clientes como de proveedores. 

Sin embargo, se establecen algunas excepciones. Por ejemplo, se reconoce la costumbre social que existe en algunos países -como España- de intercambiar regalos por Navidad. En este caso concreto se acepta esta práctica en esta época del año, como una excepción a la regla, siempre que los presentes tengan un precio inferior a los cien euros. Además de cumplir con este requisito, el receptor debe informar a su jefe directo para que extienda una autorización escrita que permita a ese empleado recibir el regalo.

Además de este procedimiento, se señala que el obsequio puede ser aceptado siempre y cuando eso no signifique, bajo ninguna circunstancia, un compromiso. Lo cual puede ocurrir, por ejemplo, en el caso de un banco, si un empleado recibe una atención de parte de un cliente al cuál se le está renegociando su crédito hipotecario.

En caso de que el valor del regalo supere los cien euros, los destinos que puede tener son diversos. Una posibilidad es que se autorice al destinatario a quedarse con él. Otra alternativa que se usa con frecuencia es enviar el regalo a alguna institución de beneficiencia, esto después de que la persona ha recibido educadamente el presente, lo ha agradecido y le ha hecho ver a ese cliente o proveedor que no puede quedárselo por razones de política de su organización. 

Para facilitar su vigencia y actualidad, periódicamente, los empleados deben firmar un documento en el que declaran estar informado sobre estas políticas, a la vez que se comprometen a informar cualquier situación que pudiera significar un conflicto de intereses.

Me parece una excelente práctica para facilitar la honradez de las personas y la transparencia de las organizaciones.


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