@MendozayDiaz

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lunes, 27 de abril de 2015

UPyD y Ciudadanos: es más lo que nos une.

Desde su fundación, Unión Progreso y Democracia ha promovido iniciativas políticas muy valiosas: la denuncia de corrupción en las cajas de ahorros, los aforamientos, la transparencia como principio de la acción política. Sin embargo, la obstinación del “todavía” Consejo de Dirección en no buscar puntos de encuentro con Ciudadanos les está llevando al aislamiento y, muy pronto, al ostracismo.

El acuerdo de UPyD y Ciudadanos podría situar a la “tercera vía” como alternativa seria al bipartidismo y ayudar a la gobernabilidad desde la moderación, haciendo prescindibles a los partidos nacionalistas, que en demasiadas ocasiones han jugado ese papel mirando sólo por sus intereses y con deslealtad al conjunto de España. En definitiva: el cambio sensato. 



Contribuir, más que a un partido, a un proyecto para España, como le gusta decir a Albert Rivera. Donde la unidad y el patriotismo sean un valor como en Estados Unidos o en Francia. Un país que cuide a las familias y a las personas, especialmente a las más débiles. Donde se pacte el sistema educativo. Un país que no dirija la vida de sus ciudadanos sino que respete -y garantice- su libertad. Donde se reforme sin romper las reglas del juego. Una España donde se propongan cosas y no sólo se proteste y se grite.

Es el momento de la generosidad, y de la inteligencia. Enrocarse en actitudes arrogantes, irracionales y suicidas es una irresponsabilidad histórica ya que impedirán la suma exponencial de votos en las próximas elecciones municipales y autonómicas, y una injusticia porque van a permitir que miles de personas, muy valiosas, se pierdan quedando fuera de las instituciones.

Hace un mes que me dí de baja en UPyD para unirme a Ciudadanos. En UPyD tuve el honor de ser miembro del equipo de trabajo que elaboró el programa autonómico de economía y ordenación del territorio, coordinador del programa a la Alcaldía de León y representante ante la Junta Electoral Provincial.

Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa: una reforma del sistema de partidos con el establecimiento de primarias obligatorias, una reforma de la ley electoral, racionalización de la Administración Pública, acabar con las duplicidades eliminando, por ejemplo, las diputaciones provinciales, etc.

Por último, valoro -muy especialmente- haberme encontrado con ciudadanos entusiasmados, con ideas y con ganas de trabajar por ellas. Para ser sólido intelectual o políticamente no hace falta ir por la vida con “cara de vinagre”. La simpatía es un valor, también en política.

Los partidos políticos son instrumentos al servicio de las ideas, lo realmente importante. Hacer de un partido un fin en sí mismo es una necedad; y, de sus dirigentes, sectarismo.

jueves, 23 de abril de 2015

"Al Sur de Granada".

Gerald Brenan llegó al pueblecito alpujarreño de Yegen en 1920, con 26 años. Y allí vivió hasta 1934, fascinado por la sencilla espontaneidad de sus gentes, su lenguaje y sus costumbres. 

Al tiempo que se documentaba fue anotando minuciosamente cuanto veía, oía y vivía. El resultado es este libro -“Al Sur de Granada”-  mucho más que una monografía para aficionados a la etnografía.


La Alpujarra, una tierra como la que cantó Horacio, donde la primavera es larga y donde Júpiter otorga tibios inviernos. Su situación era tan remota que hasta que no se construyó la actual carretera el viaje desde Granada duraba dos días. En esa época, además, ninguna de las carreteras existentes en la región estaban pavimentadas. Su construcción trajo el progreso pero puso fin a la vida autóctona de los pueblos.

Yegen, a unos cien kilómetros de Almería, cuyo punto costero más cercano es Adra, conserva un estilo de casas muy similares a las que se encuentran en algunas zonas del Atlas marroquí. Caminando por sus parajes siempre te acompaña el susurro del agua. Un lugar donde la vida es sencilla y más sana y sensata que en las ciudades.

Brenan poseía el don de la observación. Y lo demuestra en sus apreciaciones personales sobre las gentes, y en sus descripciones costumbristas sobre un mundo en el que lo humano parece gozar de prioridad sobre todo lo demás. 

Unas páginas que son una delicia. Y, además, hacen pensar.


sábado, 18 de abril de 2015

La necesaria (imprescindible) regeneración.

Hace unas semanas hubo una polémica por la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo. Dicen que con lo que ha costado se podría erradicar el hambre infantil en todos los países del sur de Europa. No me parece ni ético ni estético que en una época de recortes y “austeridades” las autoridades se gasten cientos de millones en un edificio. Otro más. Como en tiempos del faraón. El uso alternativo de ese dinero es enorme. Hace tiempo que llegué a la conclusión de que hay dinero sólo para lo que les interesa, a-los-de-siempre (“establishment”).

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He pasado unos agradables días, en Cantabria, a pesar de la lluvia y el viento; o gracias a ellos, pues es lo que toca en esta época del año. ¿O quizá sería por la compañía…?

Uno de los días desayuné con la noticia de que, al menos, seis imputados repetirán como cabezas de lista en las elecciones municipales de esta comunidad autónoma. Cuatro del PSOE y dos del PRC, el partido del ínclito Revilla. 

Están siendo “investigados” por delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y otros, por lo de siempre: desmanes urbanísticos, aprobar planes de urbanización en suelos no programados, concesiones de licencias que no reúnen los requisitos exigidos por la ley, y un absurdo y preocupante etcétera. 

Cada vez me preocupa más la corrupción y veo más urgente la necesaria (imprescindible) regeneración. Pero después de los resultados de las elecciones andaluzas mejor no hablar. Por el momento.

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Durante los últimos años se han destinado miles de millones de euros de los impuestos aportados por los españoles a políticas de formación y, en particular, a los cursos para desempleados. 

Asistimos a otro escándalo provocado por la noticia de que, nuevamente, nos encontramos con un fraude en la asignación de una parte de esos cursos que, en vez de destinarse a apoyar a las personas desempleadas para que encuentren un trabajo, terminan en los bolsillos de algunos sindicatos y organizaciones de empresarios.

Una reforma de la formación debe procurar transparencia y una incidencia real y práctica –medible, evaluable, controlable y útil- en los desempleados.

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Dimitió el ministro de Infraestructuras y Transportes de Italia porque se ha sabido que su hijo, ingeniero recién graduado, “ha encontrado” trabajo en las empresas del constructor más beneficiado por las adjudicaciones del Ministerio que dirige su papá….. “Causalidades” (que no casualidades) de la vida.

Lo chusco de este caso es que el Ministro había exigido “rigor ético” a sus colaboradores a través de una circular en la que les prohibía admitir, para sí mismos o para otros, regalos con un valor superior a 150 euros… "Haz lo que yo te diga pero no lo que yo haga".

El escándalo todavía no acaba porque se ha conocido que el constructor también le regaló al hijo del “ministro benefactor” un reloj Rolex valorado en unos 10.000 euros y que otro empresario pagaba sus trajes y los de su hijo… Dejà vu.

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domingo, 5 de abril de 2015

La responsabilidad de dirigir personas.

Gracias a mis amigos del Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra he tenido la oportunidad de dialogar con los alumnos del Máster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones y con los participantes en la conferencia del Foro Alavés de Empresa y Humanismo.


En ambos casos, una vez más, he tenido la suerte de aprender dialogando con personas interesantes. En cierto modo, las personas somos lo que leemos y lo que escuchamos. Lecturas y conversaciones son nuestros principales nutrientes.

Por tanto, si leemos buenos libros y procuramos tener buenas conversaciones el resultado será una cabeza "bien amueblada". Hay otras combinaciones posibles pero la más peligrosa es cuando leemos basura y escuchamos basura, porque el resultado será una cabeza llena de... basura. Con todas las consecuencias que ello tiene en nuestra vida y, también (conviene no olvidarlo), en las vidas de las personas con quienes convivimos.

Aprovechar el tiempo y elegir -con criterio- nuestros libros e interlocutores es esencial para una vida lograda.

Necesitamos personas dispuestas a ayudar a otras personas a llenar de contenido su trabajo, a entender la utilidad y finalidad de su labor, a colaborar con los demás y a sumar esfuerzos.

El liderazgo no se asume, se consigue. Se lo exigen a quien tiene la responsabilidad de dirigir sus propios colaboradores. Claro que, para ello, es necesario que el directivo forme parte natural del grupo humano que dirige, sea uno más... Uno más que orienta, orienta y orienta...En realidad, un directivo no debería hacer otra cosa que pasarse el día hablando con sus colaboradores. 

¿Qué la organización es muy grande? Pues tendrá que viajar mucho y beber mucha agua, porque la necesitará para seguir hablando, orientando. Sólo así podrá tomar el pulso al día a día del entorno que dirige y adelantarse al cambio. 

El futuro no está, se hace. Y lo hacemos las personas.

Aunque suene a tópico, los colaboradores son la inversión más valiosa de la organización. Son los únicos cuyo techo en valor añadido es, cuando menos, desconocido; claro que también son los más costosos, los más delicados y los más difíciles de rentabilizar...porque hay que hablar con ellos. 

Y algunos directivos están tan preocupados por mandar y tienen tan poca competencia que se han olvidado de hablar, de dirigir a sus colaboradores.

Nos gustan las casas grandes, las empresas grandes, los sueldos... grandes. Bueno, y no sólo en cuestiones materiales: también nos gusta pensar en grande y ser grandes personas.

En la administración de organizaciones, también. Las estrategias han de ser "grandes". En los seminarios de moda se utilizan casos de empresas grandes. Se nos presentan los modelos estereotipados de las grandes empresas multinacionales. Supone un gran esfuerzo adaptarlos a nuestra realidad, evidentemente, más pequeña...

Caballo grande, ande o no ande... La consigna es crecer y crecer, bajo el supuesto amparo de las economías de escala y de la sinergia de las fusiones. A veces, en la búsqueda de lo grande se ignoran las cosas pequeñas que suelen ser el camino prudente, la mejor vía, para alcanzar los grandes logros.

En ocasiones, nos inventamos atajos creativos para soslayar ciertos "detalles"... Nos saltamos principios, experiencia documentada y, a base de grandes zancadas, tropezones y pisotones, pretendemos llegar a-no-se-sabe-bien-dónde pero dejando una estela oscura de malas prácticas.

Olvidamos las pequeñas estrategias, el valor de la comunicación directa, franca y oportuna, del trato humano, del respeto mutuo, de la responsabilidad, del sentido de equipo. Nos apoyamos, demasiado, en la tecnología y cada vez menos en el potencial de una buena conversación, de la emoción, de los sentimientos de nuestros colaboradores.

Las tecnologías de la información nos están abriendo de par en par el mundo de las comunicaciones, nos están llevando a situaciones técnicamente ilimitadas; pero no nos ofrecen más que el soporte. La comunicación en sí queda en nuestra mano. Y hasta que no se demuestre lo contrario, para comunicarse es mejor hablar.