Sufrir, dicen, sólo gusta a los masoquistas, y la gran mayoría de las personas procuramos evitarlo.
Sin embargo, se lee y se oye que quienes tienen logros importantes en sus vidas han sufrido muchas dificultades. No necesariamente, pero si se conocen bastantes casos.
No propongo la elección del sufrimiento como vía para el éxito, eso sería una barbaridad. Lo que digo es que cuando lleguen las dificultades, las contrariedades, las aprovechemos para adquirir virtudes que se aprenden mejor en estas circunstancias que en libros o en aulas.
Aprovechemos las contrariedades para robustecer nuestro carácter, para mejorar en vez de, tremenda tentación, para abatirnos, resentirnos o derrumbarnos.
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