@MendozayDiaz

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domingo, 7 de julio de 2013

Buenas empresas.

Las buenas empresas son aquellas que logran reclutar, retener y desarrollar a los mejores colaboradores.

Ser una buena empresa no sólo está al alcance de las multinacionales tecnológicas. Cuando veo imágenes de sus instalaciones, a veces, me parecen más un parque de atracciones que una oficina tradicional… Maravilloso.

No es una tarea fácil definir las características de este tipo de organizaciones pero, a pesar de sus particularidades, tienen en común un esfuerzo por respetar a las personas.

Y más singularidades.

Otorgar a los colaboradores un propósito, una causa con la que puedan identificarse. Sean actividades en equipo o el mismo producto; el orgullo de pertenecer y contribuir a un proyecto que puedan sentir como propio, y útil y positivo para muchas otras personas es valorado en este tipo de organizaciones.

Respeto por la diversidad. En vez de tratar que todos piensen y se comporten igual, se alientan formas diversas de enfocar las situaciones cotidianas, la relaciones con clientes y proveedores, la resolución de problemas.

Una gestión participativa donde no sólo se tolere sino que se fomente la innovación y la libertad de poner en práctica las propias ideas, y las oportunidades de formación y desarrollo profesional es otra de las características de este tipo empresas.

Respeto por la vida personal del colaborador. Una organización que reconoce que las personas tienen vida más allá del trabajo, con sus propias exigencias, presiones y motivaciones es muy valorado.

Y más. Pero siempre hay que dejar algo para la próxima vez...

Muchas personas quieren trabajar en buenas empresas porque saben que supone una oportunidad personal si con su trabajo colaboran al crecimiento y desarrollo de estas organizaciones.

Ya se sabe, a todos nos gusta aquello del ganar-ganar… Pero como decía la señora Eustasia “hijo, eso es más antiguo que el hilo negro”.

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