@MendozayDiaz

@MendozayDiaz

lunes, 11 de febrero de 2013

Un buen jefe (y II).

Premian y reconocen los logros de sus colaboradores. Comprenden que en un mundo con mayor énfasis en lo competitivo resulta difícil reconocer y premiar los logros sin caer en celos profesionales.

Facilitar que las personas triunfen. Conocen las fortalezas y debilidades de su gente; se orientan en la búsqueda de lo mejor de esas personas más que quedarse en sus limitaciones.

Ayudan a que las personas compitan y ganen. Comprenden que la sana competencia puede llegar a ser una fuerza poderosa y constructiva que saca a relucir lo mejor de su equipo.


Se esfuerzan por hacer con calidad todos los trabajos. Cuidan los detalles, las cosas pequeñas. Se acostumbran a pedir las cosas por favor, a dar las gracias, a ser puntuales, a responder los correos y las llamadas telefónicas.

Luchan por ser coherentes. Por actuar en consecuencia con lo que dicen: comprenden que al hablar se están contrayendo compromisos con los otros, razón por la que intentan actuar de acuerdo a lo que comunican. Muchos de los fracasos y frustraciones ocurren por promesas incumplidas.

1 comentario:

  1. Hola Enrique me parece muy bueno esto que nos compartes, especialmente que debemos proponernos ser buenos jefes, eso me parece que es mucho más deseable que tener un buen jefe. Además lo primero está en nuestras manos, lo segundo no o no tanto. Te mando un abrazo y muchas gracias por tenernos pensando.

    ResponderEliminar