@MendozayDiaz

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domingo, 11 de agosto de 2013

"La verdad sobre el caso Harry Quebert".

No suelo escribir sobre los libros que leo.

Cuando lo hago es porque tratan algún asunto histórico, político o social que considero de interés compartir.

Hay veces que la publicación de un libro se convierte en un acontecimiento, y creo que éste es el caso. 

Se trata de la segunda novela de un joven escritor suizo, Joël Dicker, con orígenes familiares rusos y franceses.



Una novela policiaca y romántica a tres tiempos -1975, 1998 y 2008- acerca del asesinato de una joven de quince años en la pequeña ciudad de Aurora, en New Hampshire.

En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor -Harry Quebert, autor de una aclamada novela-, y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan.

Poco después, Harry es arrestado, acusado de asesinato, al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras intenta demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz.

La novela intercala los consejos que Quebert da a Marcus sobre cómo escribir un libro.

No es común que un libro reciba de forma tan unánime y simultánea el favor de público y crítica. Lo de casi siempre, hay libros que gustan a los críticos y no a los lectores, y viceversa…

Esta novela ha sido galardonada con el Premio Goncourt des Lycéens, el gran premio de Novela de la Academia Francesa, y el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa. 

Se ha traducido a treinta y cuatro idiomas y ha sido muy comentada en las redes sociales. 

El argumento está muy bien pensado y el misterio no se vislumbra antes de tiempo. Cuando parece que ya estamos en pleno desenlace, el autor nos sorprende con un giro magistral.

Es difícil que un libro de casi setecientas páginas atrape como lo hace éste. Un libro para quienes quieran y puedan engancharse durante horas con una historia…Tiene magnetismo, uno quisiera leerlo sin interrupción.

Recomendable. La novela me ha gustado y la considero muy buena. Su autor tiene el listón muy alto para la siguiente.

Me encantó la portada del libro, el óleo de Edward Hopper, “Portrait of Orleans” (1950). Un cuadro costumbrista que enmarca perfectamente el ambiente de la novela. O así me lo imagino.

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