La persona debe conocer los detalles de las tareas que debe realizar, cómo relacionarse con el equipo, qué se espera de su trabajo…Esta es la primera y más importante responsabilidad de su jefe directo.
Además, quien tenga la responsabilidad de dirigir personas debe concretar con sus colaboradores objetivos estimulantes, alcanzables, precisos y medibles.
Esta buena práctica facilita que las personas concentren sus energías en lograr los objetivos acordados, trabajen mejor y alcancen un alto desempeño.
Valorar a la persona es otro factor importante.
Un colaborador se siente especialmente valorado cuando sus opiniones son escuchadas y consideradas por quien tiene la responsabilidad de tomar las decisiones.
Y también se siente especialmente valorado cuando, en los asuntos de su competencia, se le da libertad para elegir la solución que considere mejor.
Las personas necesitamos a otras personas para nuestro pleno desarrollo.
Esto es así en la empresa y fuera de ella.
En la empresa, esta interrelación, se puede facilitar cuidando las reuniones de trabajo, institucionalizando los momentos de retroalimentación, garantizando la equidad de los sistemas de compensación.
Y sobre todo, cercanía.
Quien tiene la responsabilidad de dirigir tiene que estar visible y ser accesible para sus colaboradores. La rigidez crea distancia.
Una buena comunicación siempre se ve recompensada con mejores resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario