@MendozayDiaz

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domingo, 16 de junio de 2013

Horarios.

Es frecuente escuchar las quejas sobre las largas jornadas de trabajo en nuestras organizaciones. 

Esto sumado a las distancias entre casa y lugar de trabajo, nos da como resultado que la hora de regreso no sea antes de las nueve de la noche…

Las causas de estos horarios tan irracionales son complejas.

En empresas en crecimiento o en crisis se exige una dedicación adicional a las personas. Tiene su lógica. 

Sin embargo, no tanto el hasta cuándo y cuántos. Porque esa situación excepcional se convierte en habitual y, en ocasiones, la carga de trabajo se repartiría de forma más equitativa si se quisiera o supiera delegar.

Estar muchas horas en el lugar de trabajo no es lo mismo que trabajar mucho y, menos todavía, sinónimo de trabajar bien. 

Hay gente que llegan los primeros y se van los últimos y se les considera, aun cuando su trabajo sea mediocre, sólo por el hecho físico de que siempre están ahí…


Se pierde mucho tiempo en la máquina del café, saliendo al exterior a fumar un cigarrito, en reuniones sin sentido, con interrupciones, con llamadas de teléfono que se alargan sin razón, con comidas de trabajo…

Hay otra causa, tan increíble como cierta (y no menor): hay quienes amplían sus horarios simplemente porque es lo socialmente esperado de alguien que quiera ser considerado como profesionalmente exitoso; o dicho de otra manera, si alguien regresara a casa, habitualmente, a las seis o siete de la tarde tendría que dar muchas explicaciones a propios y extraños… 

Y no todo el mundo quiere o puede afrontar esa situación. 

Como decía la señora Eustasia, "Hijo, cada persona es un mundo...".

3 comentarios:

  1. Que ciertas son tus palabras y además cada día se da más esta situación y el que una persona cumpla con un horario razonable de trabajo, es mal visto e incluso la tendencia es a hacerte sentir mal a ti mismo como que no estás cumpliendo con los parámetros esperados. Lo importante es que la edad da experiencia y costra y uno tiene que hacer lo que considera sin importar el que dirán.

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  2. El trabajo es una cosa que se hace, no un sitio donde se está. Cuánto echo de menos esa perspectiva y cuántos jefes he visto medir lo bueno que es un trabajador con un reloj.

    Un saludo de Angel Castillo.

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    1. Angel, yo tuve un Jefe que llegaba a la oficina y no salia de su despacho y su comunicación con los empleados era a través del mail, mail va, mail viene y había épocas en las que podía pasar una semana sin conversar, simplemente vía mail. Pero todos los días unos minutos antes de dar la hora de salida, salia de su "cueva" a dar un pequeño paseo por la oficina y con esta acción lograba que nadie se moviera de su escritorio y si alguien osaba recoger y marcharse, las miradas eran como el filo de la mejor navaja albaceteña.
      Concuerdo contigo al 100%

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