@MendozayDiaz

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domingo, 21 de abril de 2013

Empleabilidad.

Hace cincuenta años algunos gurús de moda decían que tras el mítico año 2000 la jornada laboral de la mayoría de las personas sería sólo de treinta horas semanales.

La realidad es bien diferente: mucha gente trabaja doce horas… diarias y nunca ha habido tantos desempleados como ahora.

Para garantizar la empleabilidad personal hay que identificar nuestras habilidades, considerarnos como una pequeña empresa, organizar el propio desarrollo, identificar a los clientes.

No es suficiente tener una buena formación académica complementada con cursos de postgrado. Esto ya no se discute, se exige.

El curriculum vitae es sinónimo de conocimientos y, si bien no consigue directamente el empleo, abre la puerta para una entrevista.

Pero lo que se valora no es tanto la cantidad de conocimientos adquiridos (cada vez su grado de obsolescencia es mayor) sino los criterios que se aprenden, la capacidad de razonamiento y de encontrar soluciones a los nuevos desafíos.

Demostrar habilidades que marquen la diferencia.


Algunas de las capacidades más demandadas son: trabajar en equipo, saber interpretar las tendencias del mercado y conocer las fortalezas y limitaciones personales y de nuestro equipo.

Cada uno es responsable de su propio destino.

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