@MendozayDiaz

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domingo, 5 de mayo de 2013

Aprender a aprender.

Cada día es más común que en las ofertas de trabajo se solicite como requisito fundamental para acceder al cargo, el que los candidatos tengan “espíritu emprendedor”.

En el perfil del candidato muchas veces se señala “indispensable iniciativa personal”, “se requieren profesionales proactivos” o, simplemente, se demandan competencias como creatividad, autonomía y capacidad de innovar.

Incluso, a veces, estas habilidades son más importantes que los grados académicos.

No es que las empresas se hayan relajado a la hora de seleccionar personas, sino que se han dado cuenta de que en un mundo tan saturado de información, con tal cantidad de conocimientos por área y con una tecnología que evoluciona tan rápido, es imposible dar con profesionales capaces de abarcar toda esa información.

No hay carrera que pueda enseñar todo, tendría que durar toda la vida.

Por eso es importante encontrar, más que conocimientos, actitudes que permitan aprender.

Más que especialistas en un determinado oficio, se necesitan profesionales con inquietudes, capaces de adaptarse a los cambios, con iniciativa y autónomos. Porque eso es mucho más difícil de enseñar y, ya con esas cualidades, es más fácil adaptarse a las exigencias de los distintos trabajos.

Es por eso que, en este momento, lo que muchos piden a los educadores  es que se preocupen de fomentar cualidades como el espíritu emprendedor, la iniciativa, la creatividad, la capacidad de adaptarse a los cambios.

Que la preparación de los alumnos esté más vinculada al desarrollo de habilidades generales y de valores que a la capacitación en una habilidad o dominio específico.

Entre las habilidades a desarrollar en la educación media, están las capacidades de expresión, de descripción de problemas y de darles solución, la capacidad de adaptarse, de crear, de ser crítico. También las facultades de distinguir lo esencial de lo accesorio y de interpretar información.

Emprender es buscar nuevas soluciones, nuevas alternativas, nuevas respuestas.

En los colegios se entregan muchos premios pero no es normal que se entregue uno al alumno más creativo.

Los objetivos fundamentales transversales -que cruzan todas las disciplinas- consisten en desarrollar la iniciativa personal, la creatividad, el trabajo en equipo y el espíritu emprendedor; reconocer la importancia del trabajo como forma de contribución al bien común, al desarrollo social y personal.

No se trata de convertir a todos los jóvenes en empresarios en el sentido tradicional de la palabra, sino que busca ayudar a los alumnos a ser empresarios de sus propias vidas. 

Motivar a los alumnos a que aprendan a través de proyectos, resolviendo problemas y no repitiendo contenidos. Que construyan la teoría desde la práctica.

Más que enseñar, se busca despertar lo que todos tenemos de emprendedores.

Personas que enseñen a soñar.



2 comentarios:

  1. ...personas que enseñen, a luchar, a perseverar, y... por tanto a buscar y conseguir sueños

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  2. Muy revelador. Un mundo que contara con personas como las descritas, sería ciertamente mejor.

    Gracias

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