@MendozayDiaz

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domingo, 1 de abril de 2018

Educar en el tiempo libre.

Un año más, en esta ocasión el primer sábado del mes de marzo, disfruté con el Certamen de Comedias Musicales organizado por la Asociación Tamaral Joven en el Auditorio Ciudad de León. En este Certamen de Comedias se han ido presentando, a lo largo de seis años, numerosas obras teatrales y musicales, y todas, siempre, con la idea común de fomentar la educación en valores como trabajo en equipo, compromiso, responsabilidad, respeto a los demás. Cada año han participado asociaciones de otras regiones de España como Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra, y de otras provincias de Castilla y León. Se presentan obras originales o adaptadas, con una duración no mayor de quince minutos y donde el jurado califica principalmente la interpretación, puesta en escena, la combinación entre teatro, música y coreografía, originalidad, vestuario, decorado y diversión con propuesta formativa. Los certámenes de Comedias Musicales no tienen ánimo de lucro y éste, al igual que los anteriores, ha tenido un fin solidario. En esta edición, los beneficios se destinaron a Cáritas.

La Asociación Tamaral Joven lleva muchos años promoviendo y organizando actividades culturales, deportivas y artísticas dentro de ese magnífico ámbito formativo que es el ocio y el tiempo libre. El teatro tiene características formativas y educativas muy significativas. El teatro es una muy buena actividad para que las jóvenes disfruten en su tiempo libre. Gracias al teatro aprenden a socializar con otras compañeras y aumentan su autoestima, se desarrolla el trabajo en equipo, el respeto por los demás, la educación en valores, el sentido del compromiso y la responsabilidad. Todas las participantes tienen en común que pertenecen a asociaciones creadas y promovidas por padres de familia como respuesta a la preocupación por la educación de sus hijas en valores humanos y que apuestan por un desarrollo integral de la persona, completando la educación que reciben en la familia. En estas asociaciones los padres encuentran un espacio donde sus hijas se divierten a la vez que aprenden, hacen amigas, se forman como personas, desarrollan su propia personalidad y se capacitan para vivir una vida feliz. El objetivo de las actividades es que aprendan a trabajar en equipo, siendo generosas, leales y tolerantes con las demás. Y todo esto en un ambiente alegre que las anime a comportarse y divertirse sanamente. En definitiva, impulsan el talento juvenil a través de actividades extraescolares o after school programs.

Me parece que este tipo de asociaciones están desarrollando actividades muy interesantes y de un impacto social muy positivo. Iniciativas promovidas para jóvenes, que quieren despertar el interés por lo cercano a través de la observación, la reflexión, el estudio, la creatividad, la innovación y la acción. Fomentar la sensibilización social, el desarrollo del pensamiento crítico, la apertura a la diversidad y el interés por la responsabilidad ciudadana. Tienen un objetivo que -por su vanguardismo- ha llamado especialmente mi atención: promover el empoderamiento de las niñas en el área de STEM (un acrónimo en inglés de science, technology, engineering y mathematics. Es el equivalente en español de CTIM el acrónimo que sirve para designar las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Hace falta. En general, en este ámbito, hay una diferencia de conocimientos y habilidades entre hombres y mujeres; lo que en lenguaje políticamente correcto se denominaría una-brecha-de-género.

Y más allá de los conocimientos técnicos fomentan el desarrollo de habilidades que suponen otros beneficios para las personas, que contribuyen a su bienestar como ciudadanas conscientes y solidarias en su entorno. Por ello promueven las actividades que fomentan la visión social y colaborativa. No quieren dejar fuera del alcance de las jóvenes la oportunidad de comprobar cómo a través de la solidaridad, con su trabajo y compromiso, es posible cambiar situaciones desfavorables. Cómo, en un mundo cada vez más individualista, la colaboración y la solidaridad son imprescindibles. Potenciar el talento juvenil para descubrir y solucionar las necesidades de las personas. Tratar de fomentar en las jóvenes una actitud de mirar más allá de uno mismo. Intercambiar experiencias, debatir sobre algunos problemas sociales actuales, aprender a reflexionar, descubrir diferentes formas de pensar con una visión de acogida y buscar soluciones que se puedan implementar.

En fin, es gratificante encontrarse con ejemplos tan edificantes de asociacionismo juvenil que estimulan el talento, la iniciativa emprendedora, la generación de ideas y la toma de decisiones. Que motivan a los jóvenes hacia el esfuerzo y el trabajo en equipo para conseguir sus logros. Impulsan las habilidades de comunicación. Despiertan la sensibilidad social a través de ayudarles a descubrir su personal y mejor modo de aprender, de enfrentarse y resolver los problemas, de generar entusiasmo por lo que hacen y saber cómo pueden influir positivamente en el entorno llegando a ser agentes de cambio. Realizan actividades diversas que contribuyen a formar a la persona en su integridad desde unos valores como son el respeto, la libertad, la solidaridad y el trabajo: construir una cultura solidaria y de servicio. Convivir, no coexistir. Coexistir, es compartir territorios y servicios, yuxtapuestamente, sin coordinación e identificación alguna. Vivir juntos, convivir, es hacer en común unos por otros y tener una identidad de grandes objetivos.


Publicado en Diario de León el viernes 30 de marzo del 2018: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/educar-tiempo-libre_1238200.html

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