Desde su creación
en 1963, los miembros de la World Jurist Association (WJA) han cooperado por el
fortalecimiento, promoción y difusión de la paz a través del derecho (pax orbis
ex iuris) en reconocimiento de la dignidad inherente y de los derechos iguales
e inalienables de las personas, tal como se establece en el Preámbulo de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. La WJA es una organización no gubernamental
con estatus consultivo especial ante las Naciones Unidas. Destaca como
un foro abierto donde jueces, abogados, profesores y profesionales del derecho
de más de ciento cuarenta nacionalidades, trabajan y cooperan para reforzar y
expandir el imperio de la ley.
Una de las formas
en las que la WJA trabaja por la paz es organizando eventos internacionales que
promueven el encuentro, el diálogo, como vía para la solución de situaciones. En
esta oportunidad, en España, se ha celebrado el World Law Congress, los días 19
y 20 de febrero de 2019 en el Teatro Real, convirtiendo a Madrid en la Capital
Mundial del Derecho. Más de ciento ochenta ponentes y panelistas de setenta
países de los cinco continentes que han debatido en torno a diez mesas de
trabajo temáticas y once sectoriales, y más de dos mil congresistas. He tenido
la suerte de ser uno de ellos, junto con otros compañeros del Colegio de
Abogados de León.
El lema de este
World Law Congress, “Democracia, constitución y libertad”, hace énfasis en la
necesidad de proteger el Estado Democrático amparado por la Constitución. Es el
Estado de Derecho donde se sustentan el verdadero equilibrio y la justicia,
valores que la WJA desea transmitir a todos los pueblos del mundo. Todo esto en
el marco del cuadragésimo aniversario de la Constitución Española. Una
oportunidad para realzar la solidez de la democracia en España y para reforzar
los valores de una Europa integrada y próspera. El Rey Felipe VI, primer rey
jurista del mundo, ha sido reconocido con el WJA World Peace & Liberty
Award, por su papel como garante del Estado de Derecho. Un galardón que sólo se
ha entregado en otras tres ocasiones: al ex primer ministro británico Winston
Churchill; a René Cassin, por su labor en la redacción de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; y Nelson Mandela, por
su incansable lucha por los derechos humanos en Suráfrica.
Vivimos tiempos de grandes
desafíos, en un contexto de crisis de gobernabilidad global. El imperio de la
ley debe ser nuestra prioridad. La lucha por el Estado de Derecho, y por la
Justicia, en definitiva, es el primero de los propósitos de la noble vocación
del jurista. Fortalecer el Estado de Derecho exige el compromiso y la
responsabilidad no solo de la comunidad jurídica, sino de todos. La forma más
efectiva de combatir la tiranía y el abuso de poder es promover una enorme
campaña a favor del imperio de la ley. Alentar a quienes luchan cada día por
lograr la justicia y la paz a través del derecho, permitiendo avanzar con
eficiencia, rapidez e inteligencia en la comprensión de las grandes
transformaciones, retos y oportunidades que nos plantea hoy la vida en
sociedad.
El principio democrático, el
principio de legalidad y los derechos humanos sólo alcanzan su pleno
significado si se piensan de forma conjunta: no hay democracia sin disfrute de
los derechos humanos, pero tampoco puede haber tal disfrute sin un respeto
escrupuloso a la ley democrática, en tanto expresión de la voluntad popular. El
mundo no tiene otra opción entre la fuerza y el derecho: si la civilización
quiere sobrevivir, tiene que elegir la fuerza del derecho.
Publicado en "Diario de León" el viernes 5 de abril del 2019: https://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/paz-traves-derecho_1326000.html