@MendozayDiaz

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domingo, 5 de febrero de 2017

¿Carne o pescado?

Tomándome un café con un amigo me contaba la situación surrealista que se vivió en la organización en la que trabaja, una pequeña empresa, con motivo de la cena de Navidad. No respetaban los plazos para elegir si carne o pescado, el restaurante no garantizaba la reserva si no se les comunicaba a tiempo la elección… Y todo esto en una interminable sucesión de correos que iban llegando cada vez en mayor número y más subidos de tono, cuyos remitentes y destinarios son un grupo de quince personas que trabajan en el mismo espacio físico y en el mismo horario... Finalmente, el jefe, con buen criterio, los reunió a todos para atajar y solucionar una situación donde, en ese momento, lo menos importante era la elección de “carne o pescado” sino el (latente) deterioro de las relaciones de trabajo de su equipo.

Cada vez es más común que muchas decisiones se tomen en equipo o, al menos, que quien tiene la responsabilidad final escuche a sus colaboradores antes de decidir. Es muy recomendable que, si vas a participar en la discusión de un tema, antes, te informes y lo entiendas bien. Mientras esto no ocurra es mejor optar por un papel secundario, si no podrías cometer, al menos, estos dos errores. El primero es que, si participas activamente en la discusión de un tema sin antes haberlo preparado, es muy probable que entorpezcas el trabajo del equipo en su búsqueda de la mejor decisión. El segundo error es que, al participar en el debate con opiniones de escaso fundamento, no estás haciendo un buen trabajo para tu empresa, estás siendo desleal con tus compañeros, les estás haciendo perder el tiempo y, si este tipo de actitudes son frecuentes, más temprano que tarde, todos (jefes, compañeros, subordinados…) se percatarán de ello.

Tan grave como los errores anteriores sería no decir, oportunamente, algo que tú sabes que, con seguridad, sería una aportación valiosa para tomar una buena decisión. Si tienes la responsabilidad de dirigir, escucha a tus dirigidos, dedícales tiempo, para así mejor comprender sus planteamientos. Quizá una de las cosas que más valora y agradece un colaborador es sentirse escuchado por su jefe. Ya sé que no tienes tiempo… Quien tiene la responsabilidad de dirigir debe esforzarse, especialmente, por aprovechar mejor su tiempo para, así, poder estar más cerca de sus colaboradores y de sus clientes.

Y, mejor si es cara-a-cara. Reunirse favorece la comunicación entre personas. Como en nuestro caso de “carne o pescado”. Los encuentros cara a cara no pueden ser desplazados por la comunicación telefónica, remota o virtual. Los nuevos modelos y esquemas de trabajo en las organizaciones recomiendan la reunión de los colaboradores para favorecer la sinergia. Ahora bien, no confundamos la velocidad con el tocino… Una reunión de trabajo no es una simple agrupación de personas que trabajan para la misma organización. La esencia de la reunión requiere de objetivos, método, hora de comienzo… y de finalización. Hace años tuve un jefe que asistía a las reuniones provisto de un reloj de arena, de tres minutos. Todas las intervenciones tenían ese límite temporal, salvo en asuntos excepcionales. Parece una excentricidad, pero sus reuniones eran mucho más breves y, lo más importante, más efectivas.  Me ayudó a aprender a sintetizar y a valorar el aprovechamiento del tiempo.


Esa parece ser la función que el mundo moderno deja para los buenos directivos, la de hacer que las personas se conozcan, se ayuden, colaboren y trabajen en equipo. En equipos cuyos integrantes están y estarán separados por cientos de miles de kilómetros, aunque puedan estar virtualmente juntos. Con este panorama necesitamos personas dispuestas a ayudar a otras personas a llenar de contenido su trabajo, a entender la utilidad y finalidad de su labor, a colaborar con los demás y a sumar esfuerzos. 

El liderazgo no se asume, se consigue. Se lo exigen al directivo sus propios colaboradores. Claro que, para ello, es necesario que el directivo forme parte natural del grupo humano que dirige, sea uno más... Uno más que orienta, orienta y orienta...En realidad, un directivo no debería hacer otra cosa que pasarse el día hablando con sus colaboradores. ¿Qué la organización es muy grande? Pues tendrá que viajar mucho y beber mucha agua, porque la necesitará para seguir hablando, orientando. Sólo así podrá tomar el pulso al día a día del entorno que dirige y adelantarse al cambio. El futuro no está, se hace. Y lo hacemos las personas.

Aunque suene a tópico, los colaboradores son la inversión más valiosa de la organización. Son los únicos cuyo techo en valor añadido es, cuando menos, desconocido; claro que también son los más costosos, los más delicados y los más difíciles de rentabilizar... porque hay que hablar con ellos. Y algunos directivos están tan preocupados por mandar y tienen tan poca competencia que se han olvidado de hablar, de dirigir a sus colaboradores. Las tecnologías de la información nos están abriendo de par en par el mundo de las comunicaciones, nos están llevando a situaciones técnicamente ilimitadas; pero no nos ofrecen más que el soporte. La comunicación en sí queda en nuestra mano. Y hasta que no se demuestre lo contrario: hablando se entiende la gente.

Publicado, hoy, domingo, 5 de febrero del 2017, en "Diario de León": http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/carne-pescado_1135377.html

lunes, 30 de enero de 2017

Personas satisfechas generan clientes satisfechos.

Desde su fundación, hace treinta y un años, el Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra es un lugar de encuentro de empresarios y académicos donde se debate sobre temas que afectan a la vida de la sociedad y de la empresa.

Con esa finalidad desarrolla y fomenta una amplia gama de actividades encaminadas a promocionar el humanismo entre los hombres de empresa, así como a recibir y compartir esa preocupación con los empresarios que son conscientes de su importancia.

Además, el Instituto imparte el Máster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones que está dirigido a personas interesadas en la dirección de instituciones políticas o empresariales, que desean adquirir una formación sólida para el gobierno en cualquier tipo de instancia social, y a aquellas que buscan un conocimiento profundo de interdisciplinar acerca de qué es la sociedad y de sus mecanismos de autoridad y gobierno.

Otro año más, he tenido la suerte de ser invitado a colaborar.



Un programa muy interesante y valioso, sobre todo, porque la gran mayoría de los estudiantes son extranjeros y eso, en mi opinión. enriquece los debates.

En esta ocasión les propuse a mis alumnos debatir sobre “Personas satisfechas generan clientes satisfechos”, planteamiento basado en el argumento de mi libro “Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)”:


miércoles, 25 de enero de 2017

Viernes 27 de enero: coloquio en el Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra.

El próximo viernes, 27 de enero, tendré un coloquio con los alumnos del Máster en Cultura y Gobierno de las Organizaciones del Instituto de Empresa de la Universidad de Navarra.

El tema será "Personas satisfechas generan clientes satisfechos".

Viernes 27, a las 16'00 horas, en el Aula M8 del Edificio Amigos.



martes, 13 de diciembre de 2016

‘Hikikomori’ o la rebelión de los buenos.

Hace unas semanas que Diario de León nos informaba de la presentación en Ponferrada de la última novela de mi compañero y amigo, Manuel Ángel Morales: “Hikikomori”. En resumen: Kimitake, un adolescente encerrado desde hace varios años en su habitación (“hikikomori”), pasa su tiempo jugando en la red, en un interminable juego llamado “Campo de Batalla”. Poco a poco, ha ido perdiendo la noción de la realidad, hasta que un día, algo sucede: conoce a Ketsuno, otro adolescente a quien decide seguir. Juntos encontrarán al resto del grupo que bautizarán como “caballos desbocados”, en honor al autor al que Ketsuno y Kimitake veneran. Con ellos, saldrán en las oscuras noches a limpiar Megaciudad, capital del Reino de Sombras, de la pérfida casa de los corvinos, el clan antiguo que señorea todo el Reino. Dejarán de ser “hikikomoris” para convertirse en guerreros que hacen Justicia a sangre y acero...

Un alegato a favor de la regeneración social a través de un mundo de personajes exóticos, extravagantes, almas libres que, con una cierta orientación machadiana (“la mala hierba debe cortarse al paso”), se proponen ejecutar a la Bruja Torva que con la ley y el dinero de su parte sometió fácilmente a las otras autoridades del Reino de Sombras, donde no reinaba el mérito y la capacidad. Para iluminar la oscuridad acuerdan acabar, también, con el Clan Corvino, integrado por individuos de naturaleza cobarde, cada vez más ávidos de riqueza, molestos por la infección que provocan sus fétidas vidas, la hediondez de sus auras. Entre ellos destaca Kiñono, un exponente de todos los vicios corvinos que detestan, arribista hasta el extremo de pasar la lengua por el suelo que pisaba la Bruja Torva. O Tuliano, el de la motocicleta, otro que renunció para tener. Para los corvinos la subvención era lo importante. Y crearon varios polígonos industriales con la intención de hacerse con las cuantiosas subvenciones que, desde dentro del país, se destinaban a lo que ellos llamaban la “promoción industrial” de Megaciudad.


Novela actual que muestra influencias literarias de moda, y novela-de-siempre porque trata temas permanentes, inherentes a la naturaleza humana, como la deslealtad, la avaricia, la corrupción… Sin transparencia no hay democracia. Por ejemplo, mucho de lo que nos está pasando, en España, es por falta de transparencia. Ser transparente no es publicar datos. Y no se es más transparente por publicar más datos. No es un tema de cantidad sino de calidad, de formas de hacer, de políticas. España necesita un cambio de políticas. Y no nos engañemos: no es sólo un cambio de caras. Eso sería maquillaje, postureo: intento de parecer algo que no se es. 

Más allá de que se puedan (y deban) aplicar medidas técnicas y políticas, la superación de esta situación se logrará gracias a decisiones esencialmente éticas. La credibilidad ha pasado a ser uno de los aspectos fundamentales de la relación del individuo con la sociedad. Se trata, en definitiva, de la confianza que tiene el ser humano en sus semejantes e instituciones con quienes se relaciona. No se trata del aspecto formal de estas relaciones, que pueden estar reguladas por leyes o por acuerdos privados entre las partes, sino de la convicción íntima de las personas que sus derechos serán respetados y que los compromisos adquiridos se van a cumplir. La importancia de la credibilidad es mucha. 

“Hikikomori o la rebelión de los buenos”. He añadido esta frase al título de la novela de Manuel Ángel Morales porque, opino, ése, junto con la lucha contra la corrupción, es otro tema de fondo. Es común que, con frecuencia, los ciudadanos vivamos en un cierto aletargamiento que nos impide salir de nuestra zona de confort, “complicarse la vida”, cuando las cosas nos indignan, no nos gustan o, sencillamente, creemos que se pueden hacer mejor. Como todo el mundo es bueno y da lo mismo ocho que ochenta, porque nada es verdad ni es mentira, a ver quién es el guapo que se atreve a decir que esta boca es mía, a rebelarse. Otra cosa es la forma de manifestar, de canalizar, nuestra indignación, de rebelarnos. Y ahí, pienso, tienen encaje el respeto y la proporcionalidad de los medios.

No todas las opciones culturales, políticas, económicas, sociales son iguales ni merecen la misma calificación. Por ejemplo, hace tiempo leí la noticia de que las autoridades de Arabia Saudí ejecutaron a siete jóvenes acusados de asaltar unas joyerías. No está claro cómo los mataron. Unos medios dicen que fueron decapitados; otros, que fueron fusilados ante la escasez de verdugos especializados en ejecutar con sable…No es la primera vez que me impresiono ante una noticia de este tipo. Y, siempre, que pienso en ello concluyo que valoramos poco, muy poco, que nuestra civilización esté fundamentada en los derechos humanos. Aquí también se castiga a quienes delinquen pero con respeto a su dignidad de personas, con garantías: uno es inocente mientras no se demuestre lo contrario, jueces independientes, proceso transparente, asistencia profesional especializada, etc. y, siempre, buscando que, junto a la restitución o indemnización por el daño causado, el delincuente deje de serlo; por su bien y por el bien de la sociedad.

Y este sistema tiene causas. Una consideración concreta de la persona humana que, por el hecho de serlo, tiene derechos y obligaciones que todos debemos conocer y respetar. Por tanto, ni todas las culturas son civilizadas, ni son iguales, ni merecen la misma calificación. Iguales únicamente porque merecen tolerancia, respeto, en cuanto son expresión de la voluntad de un pueblo sobre cómo organizarse. Pero nada más. Hay que decirlo -y sentirlo- alto y claro, sin miedo: nuestra civilización occidental, fundamentada en los principios del humanismo, es mejor que otras. Una cosa es la autocrítica, sana y necesaria, y, otra, una equiparación con carácter general. Es igual pero no es lo mismo.

Publicado en "Diario de León", hoy, 13 de diciembre del 2016: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/hikikomori-o-rebelion-buenos_1122080.html

lunes, 28 de noviembre de 2016

Destacar en las aulas...y en el recreo.

Hace unas semanas tuve la suerte de escuchar a Trinidad Manzano que inauguró el Foro sobre Innovación Educativa con una conferencia sobre los detalles del programa de aprendizaje cooperativo que están desarrollando en el Colegio Peñacorada. 


Escuchándola, pensaba en la importancia que tiene que las personas aprendamos -desde niños- a colaborar. Empresarios y directivos de organizaciones se quejan, con frecuencia, de que sus empleados (y muchos de ellos, añado yo…) no saben trabajar en equipo, y de los perjuicios que esa carencia tiene para sus resultados. 

Es muy difícil, casi imposible, aprender a trabajar en equipo únicamente a través de la lectura de libros o en un taller por muy bueno que sea el facilitador, y por muy buenas que sean las disposiciones del lector y/o participante. Como ocurre con tantas otras habilidades de “importancia vital”, a trabajar en equipo se aprende, desde pequeños, en la familia y el colegio. Jugando y estudiando: conviviendo.

El logro de las metas de las empresas depende del grado de compromiso de las personas que en ellas colaboran, más allá de la responsabilidad que desempeñen en la organización. Por tanto, para un directivo es prioritario contar con un equipo de personas, conocedoras de su trabajo, esforzadas en hacerlo bien, con ganas e ilusión por lograr los objetivos. En definitiva, de un equipo de colaboradores.

Una actitud formada en el esfuerzo por hacer las cosas bien supone un buen antídoto para superar los circunstanciales estados de ánimo. La voluntad se puede entrenar, y eso depende de cada uno de nosotros. Ese entrenamiento de la voluntad se logra a base de pequeños vencimientos, de pequeños esfuerzos, del logro de metas, que comienzan siendo pequeñas y, una vez educada nuestra voluntad, pueden superar todas las expectativas. Esforzarnos, insistir en lograr lo que nos cuesta engrandece y fortalece nuestra voluntad. Lo más difícil suele ser el compromiso con lo pequeño, con lo menos importante, con lo que suele pasar inadvertido ante los demás…  Los buenos colaboradores que he conocido (y he tenido la suerte de conocer a muchos) son personas que se preocupan y ocupan de los detalles, de hacer bien las cosas pequeñas, con el mismo interés y esfuerzo con el que atienden los grandes asuntos de sus vidas. Una voluntad entrenada para hacer las cosas bien se manifiesta en propósitos firmes y un ánimo superior para enfrentar las contrariedades. Estas son sólo algunas de las diferencias entre un empleado y un colaborador.

Las organizaciones de alto desempeño se definen por ser organizaciones de colaboradores. La organización de esa red de talentos o colaboradores interconectados en torno a un mismo proyecto, cada uno desde su rol, de forma sinérgica y creativa, no es sólo cuestión de liderazgo, acierto estratégico y una dirección adecuada en cada entorno, sino, además, el resultado de un fino alineamiento de las políticas de selección, desarrollo y compensación en torno al objetivo de atraer y retener el mejor talento y conectarlo al proyecto. 

En la economía del conocimiento, las personas producen más valor que el capital y, por tanto, deben ser tratadas -realmente- como factor privilegiado, en tanto que su impacto en los resultados es cada vez mayor. En la vieja empresa -que requiere pocos pensantes y muchos actuantes- el éxito depende de la creatividad de los pensantes y de la disciplina y esfuerzo de los actuantes. Hoy -y desde hace tiempo- las cosas ya no son así, y no sirve de nada tener actuantes disciplinados si no resuelven las necesidades de los clientes y no colaboran en la innovación para producir, en términos de coste y calidad, mejor que la competencia. Este valor añadido, diferencial del conocimiento organizado, supone la ventaja competitiva más sólida y difícil de copiar.

La formación que reciben quienes tienen la responsabilidad de dirigir suele estar más enfocada hacia elementos técnicos que hacia elementos que faciliten su relación con otras personas. Estamos invadidos de tecnicismos que rodean la gestión de las empresas, y descuidando dos capacidades básicas como son el sentido común y el criterio fundamentado en principios. Esta carencia, en ocasiones, se ha reflejado en el mal desempeño de algunos directivos en forma de corrupción o engaños.  

Un directivo debe saber anticiparse a lo que está sucediendo, contar con una visión estratégica del negocio, e, igualmente, ser capaz de formar e integrar equipos de trabajo. La orientación a las personas, la habilidad de relacionarse, es un requisito desde que las organizaciones comenzaron a simplificarse, a "aplanarse".  Por tanto, ahora, quien tiene la responsabilidad de dirigir tiene que haber destacado tanto en las aulas como en el recreo... Porque en la empresa tendrá que relacionarse con personas y esto no se aprende sólo en los libros. Una vez más, la importancia de aprender (ojalá en la familia y en el colegio) a comunicar, a cooperar, a relacionarse: a convivir. Si no, se tendrán serias dificultades para dirigir un equipo de personas. Y, esto a la larga, siempre repercute en los resultados.

Publicado en "Diario de León", hoy, lunes 28 de noviembre del 2016: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/destacar-aulas-hellip-recreo_1118310.html

jueves, 6 de octubre de 2016

Gracias a La 8 Bierzo (rtvcyl.es) .


Ayer, miércoles, 5 de octubre, estuve en Ponferrada invitado por María de Miguel a su programa "Magazine" para hablar sobre "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)" que la semana anterior había presentado en la Casa de la Cultura de Ponferrada.


Una interesante conversación sobre cómo mejorar los resultados de las empresas, de las organizaciones, a través de la mejora del estilo de dirección de las personas que tienen la responsabilidad de dirigir.


Muchas gracias a María, @8Bierzo y @rtvcyl .

domingo, 2 de octubre de 2016

La "otra" educación.

Hoy, en el mundo occidental, la casi totalidad de los ciudadanos saben leer y escribir lo que supone un logro inimaginable hace un siglo. Sin embargo, eso no basta en las relaciones económicas y sociales de nuestro tiempo. Muchas personas no son capaces de seguir instrucciones escritas, tienen dificultades para comprender lo que leen y no son capaces de extraer mínimas consecuencias analíticas. Son los llamados "analfabetos funcionales".

La comprensión como distinta al simple desciframiento de los símbolos escritos que constituyen las palabras, es vital para manejar manuales y sistemas informáticos, por ejemplo. Para una economía que sólo pretende producir y exportar materias primas, esta cuestión tiene poca importancia. En cambio, la microelectrónica, biotecnología, telecomunicaciones, etc., todas ellas son industrias basadas en la capacidad intelectual de las personas y, por ello, se pueden instalar en cualquier lugar del mundo…. El conocimiento y las habilidades son la más importante (si no la única) fuente de ventaja comparativa sostenible en el largo plazo. 


El esfuerzo por una buena educación es una prioridad de todos, es la base para un desarrollo humano y económico sostenible. Las dificultades actuales, la mayor incertidumbre y la mayor carga de trabajo están provocando una mayor tensión en las organizaciones. Las discusiones, los malos entendidos, etc. se hacen presentes y, a veces, generan un ambiente difícil y desagradable. Si en este contexto, además, quienes tienen la responsabilidad de dirigir no practican las normas básicas de educación y cortesía, la situación empeora aún más.

¿Cuáles son estas normas básicas de convivencia que habitualmente no se respetan? No saludar al llegar al lugar de trabajo. No mirar a la cara. Llegar tarde a las reuniones haciendo perder el tiempo a los demás, generalmente sin pesar alguno por la pérdida de tiempo y la falta de respeto que supone para otras personas. No responder: correos, llamadas de teléfono, etc. No escuchar a los otros: leyendo en las reuniones mientras otros exponen, interrumpiendo la exposición o monopolizando el uso de la palabra. Enfadarse, elevando violentamente el tono de voz ante cualquier hecho que no sea de su agrado. No pedir las cosas por favor ni dar las gracias.

Muchos directivos se excusan diciendo que no es un problema de mala educación sino de falta de tiempo... Es posible que refleje una mala organización personal del tiempo por no delegar lo suficiente. Pero en el fondo, opino, hay una falta de respeto y consideración hacia las personas con las que trabajamos. Respetar a todas las personas con las que nos relacionamos es esencial en nuestro desarrollo profesional. Egoísmo, ambición, afán de poder, individualismo, competitividad extrema, que no duda en poner el pie encima de otro... son algunos de los calificativos con los que muchos ciudadanos definen a los directivos de muchas organizaciones. Quizá para revertir estas negativas opiniones se ha vuelto a poner el foco en la conveniencia de que los directivos se esfuercen en adquirir y desarrollar otras cualidades como, por ejemplo, el liderazgo basado en principios.

El directivo debe tener la capacidad de estar informado de todo lo relevante para su organización, de trabajar codo con codo con cualquiera. Tiene que saber del negocio y de la empresa, tener metas claras, mantener la política de puertas abiertas y contagiar a sus colaboradores para que estos se adhieran, ojalá con entusiasmo. Por tanto, el directivo, además de tener ciertos conocimientos de la industria o del mercado, debe tener la capacidad para relacionarse y comunicarse -efectivamente- con las personas: clientes, proveedores y, muy especialmente, con su equipo de colaboradores.
Su principal tarea es coordinar a las personas a quienes tiene la responsabilidad de dirigir, para lograr los objetivos que se quiere alcanzar. Esto implica tiempo y habilidad para delegar, trabajar en equipo, escuchar a las personas y considerar su participación en la toma de decisiones. 

Definitivamente, las personas son la mayor y la mejor ventaja competitiva. Y para ello es fundamental generar -quien tiene la responsabilidad de dirigir- un ambiente de trabajo en el que todos los colaboradores puedan desarrollarse. Por tanto, sugiero recuperar, actualizar, las mejores prácticas de normas de buena educación en favor de las personas con las que convivimos en nuestro trabajo profesional, especialmente, con quienes tenemos la responsabilidad de dirigir.

Publicado en "Diario de León" el domingo 2 de octubre del 2016: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/otra-educacion_1103501.html

viernes, 15 de abril de 2016

Gracias al Centro Universitario Villanueva y a D. Lorenzo Bermejo Muñoz.

Ayer presenté mi libro "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)" en la sede del Área Jurídica y Empresarial del Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.


Mi gratitud al Centro Universitario Villanueva y a D. Lorenzo Bermejo Muñoz por todas sus atenciones.

Comos siempre, lo mejor fue el diálogo con las personas que asistieron.

lunes, 11 de abril de 2016

Presentación en Madrid de "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)"

El próximo jueves, 14 de abril, presentaré "Viva Mi Gente" en Madrid.

Será a las 19'00 horas en la sede de Derecho y Administración de Empresas del Centro Universitario Villanueva de la Universidad Complutense.

Estáis todos invitados: ojalá me podáis acompañar.

También os agradecería que compartierais esta invitación con vuestros amigos.

Muchas gracias.


viernes, 12 de febrero de 2016

Presentación de "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)" en la Peña Vitoriana.



Ayer jueves 11 de febrero, a las 19'30 horas, presenté mi libro en las instalaciones de la Peña Vitoriana Tenis Club (http://www.pvitoriana.com/), organizada por el Foro Alavés de Empresa y Humanismo que preside D. José Carlos Tena.


Como siempre, en este tipo de actos, lo mejor fue la oportunidad de conocer y dialogar con personas interesantes.

Muchas gracias a todos por sus atenciones.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Beth Borés (ACCimagen.com) recomienda leer "Viva Mi Gente".

Beth Borés, fundadora de ACC Imagen (http://www.accimagen.com/), cree que todo el mundo merece las mismas oportunidades para tener éxito en la vida. 

Y, como Consultora de Imagen, su objetivo es ayudar a los individuos y a las Corporaciones en la mejora de su imagen, descubriendo y resaltando sus fortalezas a través de una mejora en su imagen exterior (Apariencia, Comportamiento y Habilidades en la Comunicación).

Ella se apoya en su variada experiencia profesional y personal para evaluar a sus clientes, identificar sus intereses, habilidades y necesidades particulares, y ayudarles a crear una imagen personal que conjugue a la perfección con su apariencia física, su personalidad, su estilo, su rol y objetivos en la vida.

Beth es una profesional de prestigio y es mi amiga. 

Para mi es un honor, y una gran alegría, que recomiende la lectura de mi libro.


Muchas gracias, Beth.


Mañana, jueves 11, a las 19'30 horas, presentación de "Viva Mi Gente" en Vitoria.


lunes, 8 de febrero de 2016

Conferencia en el Foro Empresarial de Murcia.

El jueves tuve una conferencia ("Personas Satisfechas Generan Clientes Satisfechos") en www.realcasinomurcia.com organizada por el Foro Empresarial de Murcia (http://murciaeconomia.com/not/40755/enrique-mendoza-lsquo-personas-satisfechas-generan-clientes-satisfechos-rsquo-/).

El Real Casino de Murcia es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Se encuentra en la céntrica calle Trapería, no lejos de la catedral.


El edificio, cuya construcción comenzó en 1847 es una mezcla de las distintas corrientes artísticas que coexistieron en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX en España y fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1983, por lo que en la actualidad está considerado bien de interés cultural, con la categoría de monumento.

Tuve la suerte de recorrer sus instalaciones. Quedé especialmente encantado con su biblioteca...


A la conferencia también acudieron amigos y lectores de "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)", a quienes, agradecido, dediqué sus ejemplares.


Me siento un privilegiado por haber tenido la oportunidad de conocer -y dialogar- con personas interesantes en un lugar tan distinguido.

Muchas gracias a los organizadores por sus atenciones.

viernes, 29 de enero de 2016

Presentación en la Universidad de Extremadura.

Hoy he presentado la ponencia "Personas Satisfechas Generan Clientes Satisfechos" dentro del seminario "Ética y enseñanza en la universidad", coordinado por el Profesor Rafael Robina (con quien aparezco en la foto) e impartido en la Facultad de Estudios Empresariales y Turismo de la Universidad de Extremadura.


Muchas gracias a los Profesores que han asistido y a la Universidad de Extremadura por sus atenciones. Y al Profesor Rafael Robina por su iniciativa.