@MendozayDiaz

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sábado, 16 de abril de 2016

El expolio de Caja España.

Las cajas de ahorros más antiguas se crearon hace unos trescientos años como instituciones sin ánimo de lucro, cercanas a las personas y con una clara función y responsabilidad social. Supusieron una fuerte competencia para los bancos ya que controlaron más del 50% del mercado: durante muchos años no hubo ningún banco que fuera líder en ninguna provincia. Se vieron afectadas por los cambios impulsados por los ideólogos de la desregularización que, en Estados Unidos, lograron la derogación de la ley Glass-Steagall que desde 1930 a 1999 separó las actividades de la banca comercial y de la banca de inversiones, y limitaba su ámbito territorial de actuación. 

En España este cambio internacional de regulación coincidió con el desarrollo normativo de las Comunidades Autónomas y, a la flexibilización de su estatus jurídico, se añadió la politización de sus órganos de gobierno. A diferencia de otras crisis sufridas por el sistema financiero español, en la del 2007, la reacción fue demasiado lenta, entre otras razones, por la resistencia de las Comunidades Autónomas (¿se acuerdan de nuestro todopoderoso Villanueva…?) y por la falta de coordinación con el Banco de España.

A partir del 2010 se inicia un proceso acelerado de “transformación” con graves errores como la salida a Bolsa de entidades en estado de insolvencia, una maraña de artificios legales y contables y, siempre, un déficit de información clara a inversores, depositantes y ciudadanos. Como consecuencia de las reclamaciones de miles de damnificados hemos ido conociendo escandalosos casos de nepotismo en las contrataciones de personas, bienes y servicios que, aun siendo legales, repugnan a los principios éticos de la mayoría de los ciudadanos. Cuesta creer que nadie se diera cuenta de lo que estaba sucediendo y uno se pregunta por qué nadie protestaba o pedía cuentas... salvo que los responsables de hacerlo estuvieran logrando algo a cambio. Como muestra para ilustrar estos nuevos episodios de “Capitalismo de amiguetes” es muy recomendable la lectura de los conocidos como correos de Blesa. 

El endeudamiento provocado por este expolio hipoteca nuestro futuro y el de varias generaciones de españoles, por muchos años. Y tanta fusión y concentración, en mi opinión, supone una situación próxima al oligopolio, y un mayor riesgo sistémico. El tiempo lo dirá. Desde luego está quedando claro que la desaparición de las cajas de ahorro está suponiendo un fabuloso negocio para algunos: donde antes había más de cincuenta entidades ahora quedan unas diez. Menos comensales para un mismo -y suculento- pastel.

Quizá una de las consecuencias más injustas de la desaparición de las cajas sea el impacto negativo -desatención, incluso riesgo de exclusión del sistema bancario- que va a tener en los ciudadanos de las zonas rurales, en los pequeños empresarios, en los pensionistas, sobre todo en Castilla y León. Se acabaron las ventajas de tener -como teníamos con nuestras cajas de ahorro- un sistema financiero propio.

La común -e interesada- posición de los políticos de los grandes partidos es que las cajas de ahorros no han desaparecido, sino que se han transformado… Suma y sigue con la perversión del lenguaje. Las cajas de ahorros no tenían accionistas, no repartían dividendo, y sus beneficios (miles de millones de euros) se invertían en interés social de la comunidad a la que servían. Me cuesta creer que los dueños de los actuales bancos en que se han “transformado” las cajas de ahorros vayan a ser igual de generosos. 


Ya nos han avisado de que la “nueva situación” les obliga a reconsiderar muchos de los compromisos adquiridos que, eso, traducido del leguaje cortesano al popular, quiere decir que se acabaron los apoyos, hasta ahora conocidos, a los discapacitados, a tantas asociaciones, al deporte base, al mundo rural, a la universidad… Y, como muestra, un botón. Hace meses fue noticia -a cuatro columnas- que Bankia destinó 2 millones de euros para diversos proyectos sociales en las nueve provincias de Castilla y León. Lo que no se decía, para que los castellanos y leoneses tuviéramos un punto de comparación, es que, hasta antes del expolio, la inversión de las seis cajas de ahorro de nuestra comunidad autónoma llegó a superar los cien millones de euros anuales. 

El penúltimo episodio de esta triste historia es el anuncio del despido de 1.120 personas en Caja España, casi un tercio de la plantilla (ya disminuida considerablemente por otros recientes ajustes). Desde que la-caja-dejó-de-ser-la-caja los intereses son otros. Ahora se trata de prepararse para salir a la Bolsa. Y para vender más acciones -y a mejor precio- hay que dar a los “mercados” las señales de costumbre: que cada día tenemos más ingresos y menos gastos. Lejos quedan los fines fundacionales, el ganar dinero para mejorar la calidad de vida de los leoneses, que en cada pueblo hubiera una oficina para ofrecer un mejor servicio a nuestra gente, etc. 

En tiempos de crisis siempre se ha despedido a gente, también en Caja España: pero de otra manera, como último recurso, entre otras razones, porque quienes tomaban la decisión conocían a sus trabajadores, sabían de su situación personal y familiar, eran paisanos. Ahora quienes toman la decisión son personajes “globales” que vivirán en Málaga o en Madrid y para quienes, probablemente, su principal motivación es que se den los “números” para que así puedan lograr su bono, un bono de muchos ceros.

En fin, lo dicho, un auténtico expolio. Nos están privando -con injusticia grande- de algo que teníamos y gozábamos, nuestra caja de ahorros. Y, mientras tanto, los políticos del PP, PSOE e IU -corresponsables de esta situación- escenificando su indignación. Qué asco.

Publicado en Diario de León, ayer, viernes 15 de abril del 2016: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/expolio-caja-espana_1061668.html

viernes, 15 de abril de 2016

Gracias al Centro Universitario Villanueva y a D. Lorenzo Bermejo Muñoz.

Ayer presenté mi libro "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)" en la sede del Área Jurídica y Empresarial del Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.


Mi gratitud al Centro Universitario Villanueva y a D. Lorenzo Bermejo Muñoz por todas sus atenciones.

Comos siempre, lo mejor fue el diálogo con las personas que asistieron.

lunes, 11 de abril de 2016

Presentación en Madrid de "Viva Mi Gente (cinco acciones básicas que te ayudarán a dirigir mejor)"

El próximo jueves, 14 de abril, presentaré "Viva Mi Gente" en Madrid.

Será a las 19'00 horas en la sede de Derecho y Administración de Empresas del Centro Universitario Villanueva de la Universidad Complutense.

Estáis todos invitados: ojalá me podáis acompañar.

También os agradecería que compartierais esta invitación con vuestros amigos.

Muchas gracias.


domingo, 27 de marzo de 2016

"La puerta del cielo" de Reyes Calderón.

Me gustan las novelas de Reyes Calderón. Creo que he leído todo lo que ha publicado desde que descubrí uno de sus primeros libros en la Feria del Libro de Pamplona del año 2005 (http://mendozaydiaz.blogspot.com.es/2013/05/reyes-calderon.html).

Desde hace meses tenía pendiente “La puerta del cielo” que publicó en febrero del 2015, y acabo de leerla durante esta Semana Santa.


La verdad es que el tema de los exorcismos y, en general, todo lo relacionado con el esoterismo, no me atrae demasiado, pero en esta novela está bien tratado, inteligentemente: aporta un punto de cordura en una industria repleta de extravagancias... 

La novela está bien escrita, aunque quizás un poco lenta al principio y demasiado intensa al final.

Después del -en mi opinión- desafortunado paréntesis de “Tardes de chocolate en el Ritz. Dos soñadoras en busca de la felicidad”, con esta novela, Reyes Calderón, retoma el género negro, las novelas de intriga.

La acción se desarrolla en Madrid, en torno a un ático de un edificio del barrio de Salamanca donde se encuentran los protagonistas de tan curiosa trama. Personajes interesantes, bien perfilados, costumbristas y divertidos.

La novela vale la pena. Tiene buen fondo, invita a reflexionar. Recomendable.

Y atento a la próxima publicación de su nueva novela (“Dispara a la luna”) con la que ha ganado el Premio Azorín 2016, porque según ha anunciado en su facebook “vuelve Lola MacHor…”.



martes, 23 de febrero de 2016

Premio Nadal 2016.

El Premio Nadal tiene la magia de entregarse, cada año, la Noche de Reyes. Dicen que es el premio más antiguo de los que se conceden en España; y que nació como homenaje de la revista Destino de Barcelona a su redactor jefe, Eugenio Nadal, que falleció, joven, en el año de 1944.

Gracias a los Premios Nadal he disfrutado con la lectura de buenas novelas y, a lo largo de los años, he conocido nuevos escritores. Miguel Delibes, Ramiro Pinilla, Juan Pedro Aparicio, Lorenzo Silva o Andrés Trapiello.

En el año 2014, la ganadora fue “La vida era eso”, de Carmen Amoraga, que cuenta el duelo, el desgarro emocional, que vive Giuliana cuando su marido, William, un hombre joven, muere por un cáncer fulminante. Una historia dura, dolorosa y emotiva.

“Cabaret Biarritz”, de José C. Vales, fue la novela ganadora del Premio Nadal 2015. Es mucho más que una novela de misterio y, también, en cierto modo, histórica. Sabe mantener el suspense mientras se suceden las entrevistas del ficticio escritor a los personajes. Erudita. Divertida. Bien escrita.

Este año, en su LXXII edición, el ganador ha sido Víctor del Árbol y la obra seleccionada, entre los trescientos cuarenta y un manuscritos presentados, “La víspera de casi todo”. 

Este escritor catalán, policía durante una década, saltó a la fama en el año 2011 con su novela “La tristeza del samurái”, traducida a una docena de lenguas y éxito de ventas en Francia, donde se hizo con Le Prix du Polar Européen 2012.


La sinopsis de la cubierta del libro nos avanza la trama: Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia. 

Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.

El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.

Y así nos encontramos con un policía agobiado por su propia conciencia, una mujer que huye de su familia y de sí misma, un anciano con una deuda pendiente desde la Argentina de Videla, un adolescente con un grave problema para discernir entre realidad y sueños... 

Estos son algunos de los personajes de esta novela de Víctor del Árbol, a quien algún crítico ha definido como un “estilista del dolor”, y en la que trata de los infinitos naufragios personales y de la posibilidad de sobrevivir. 

En mi opinión, esta novela tiene una estructura que dificulta la unión del lector con los personajes, y una alta concentración de situaciones exageradamente dramáticas que, en algunos momentos, resulta asfixiante.