@MendozayDiaz

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jueves, 20 de junio de 2019

Historias que contar.

Publicado en "Diario de León" el lunes 17 de junio del 2019: https://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/historias-contar_1343117.html

Mi amigo Pedro Villanueva, escritor asturiano afincado en Ponferrada, ha presentado su última obra en la reciente Feria del Libro de León: “Soy Francisca, niña cuna (del Hospicio Real al Hotel Reconquista)”. Durante años, por razones profesionales, he tenido la suerte de frecuentar el Hotel La Reconquista, en la calle Gil de Jaz, en Oviedo; de disfrutar de sus confortables y elegantes instalaciones, y nunca me tomé el tiempo de investigar sobre los antecedentes del edificio o de relacionar el nombre de la calle en la que se encuentra -Gil de Jaz- con el apellido de su creador, Isidoro Gil de Jaz, aragonés que fue Regente de Asturias y que, en el siglo XVIII, convenció al rey Fernando VI de llevar a cabo un hospicio y hospital de huérfanos, expósitos y desamparados. Una institución de referencia en su época, en España y en el mundo, que se ocupó no sólo de cuidar de la manutención y educación de los acogidos, sino de instruirles adecuadamente para su colocación en distintos empleos, industrias y oficios. Así desde 1752 hasta hace cincuenta años… Francisca, niña cuna que da título al libro de Pedro Villanueva, es la primera niña inscrita en el libro de registro del Real Hospicio, en 1752.

La ignorancia histórica es la causa de un incalculable número de errores y de muchos abatimientos y desánimos; por eso la fomentan los que quieren desmoralizar a los pueblos y dejarlos indefensos y manejables. España no-es-cualquier-cosa. Sino un país que ha dado no pocas pautas al mundo y ha contribuido enérgicamente a hacerlo. Es allende los mares donde se adquiere conciencia de la gigantesca obra de España. En América, Asia y África fuimos el brazo del mundo civilizado. Y, en muchas ocasiones, desde aquí. Para quienes somos aficionados a la historia, hay nombres como, por ejemplo, Oviedo, Astorga, León, Sahagún, Benavente, Salamanca, Tordesillas, Toro, Simancas o Medina del Campo, que nos suenan no a ciudades concretas, sino a acontecimientos. Son nombres más históricos que geográficos. Ciudades que dejaron huella.

Tenemos a suerte de vivir en este lugar del mundo donde, en palabras de Pedro Villanueva, “los edificios tienen alma y una historia que contar” … Y, en muchas ocasiones, ni los miramos ni los conocemos y, por tanto, no podemos valorarlos. Hace años, frente a la fachada de san Marcos, por la que suelo pasar varias veces al día, me llamó la atención un hombre que estaba explicando -en alemán- a un pequeño grupo de personas, algo sobre la fachada. La-curiosidad-mató-al-gato: me detuve y, cuando acabó de hablar, le pregunté qué contaba con tanto entusiasmo; y, en perfecto español, me dijo que desde hacía treinta años era profesor de historia del arte de una universidad alemana y que este edificio -san Marcos- era único como obra plateresca y en su simbología, etc. Me quedé impresionado e hice el propósito de documentarme… Leyendo “El cosmos de piedra” de Eduardo Aguirre supe quiénes eran todos los personajes representados en los medallones de la fachada de san Marcos, una forma de loa al Emperador Carlos V, rodeándolo de héroes y guerreros de la antigüedad, comparándolo e igualándolo con ellos.

Hace unos días dialogaba con unos amigos sobre la diferencia que hay entre ver y mirar, entre oír y escuchar. Cada uno de nosotros está viendo constantemente un montón de cosas que están sucediendo a nuestro alrededor, y, sin embargo, nos pasan inadvertidas, como si no sucedieran. Sencillamente, no las miramos, no ponemos atención en ellas. La atención, pues, es lo que diferencia al oír del escuchar, el ver del mirar. León es una ciudad muy agradable para vivir. Y no sólo por su historia, por sus monumentos. León es una forma de vivir, de relacionarse, de convivir. Un estilo de vida. Qué suerte tengo de vivir en León…

sábado, 15 de junio de 2019

Charla-coloquio en la Asociación Cultural Nieva de Avilés (Asturias).

Ayer hablé sobre "Huérfanos de padres vivos: conciliación entre familia y trabajo" en la Asociación Cultural Nieva. ¡Muchas gracias por la invitación! 



Un día especial, entrañable...

El jueves 13 de junio fue un día especial, entrañable... Tuve el honor de que D. Andrés Ollero Tassara, magistrado del Tribunal Constitucional, que fue mi Maestro de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada, presentara en Madrid #UnaVidaConRostroHumano. Estuve acompañado de lectores, familiares y amigos. Hubo momentos muy emotivos como el reencuentro con compañeros de universidad con quienes no coincidía desde hacía treinta años... 


lunes, 10 de junio de 2019

Presentación en Madrid de "Una vida con rostro humano".



Para mí es un honor que D. Andrés Ollero Tassara, mi Maestro de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada -de quien tanto he aprendido y aprendo- vaya a presentar #UnaVidaConRostroHumano en Madrid.

jueves, 6 de junio de 2019

Hablando de "Una vida con rostro humano" en Ràdio 4 (Cataluña).

Muchas gracias a Ignasi Rafel por invitarme a su programa "Mès que feina" (Más que trabajo). En los próximos días, cuando lo reciba, compartiré el pódcast.


lunes, 27 de mayo de 2019

El silencio en la educación.

Publicado en "Diario de León" el domingo 26 de mayo del 2019: https://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/silencio-educacion_1338236.html

Las circunstancias actuales del mundo parecen haber dejado de lado esta recomendación. La vida de hoy exige al hombre mucho movimiento, muchas palabras, ir, venir, tratar, volver, hablar, hacer. Hay una idea entrañable vivida en la tradición occidental que vuelve a aparecer en las técnicas actuales de formación del hombre: la idea del silencio. Es una de las técnicas más difíciles. Es tan duro tener nuestros labios cerrados… Con el nombre de silencio entendemos aquí generalmente una prudente discreción en el uso de la palabra, de manera que uno calle cuando no deba hablar, y hable cuando no deba callar. Hablar lo justo y necesario; ni una palabra superflua. De aquí que el silencio no signifique ausencia de comunicación o ausencia de palabra, sino ausencia de palabra vana. El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.

El lenguaje expresa fielmente la ética de las formas. Hay un “lenguaje del vestido”, como hay un lenguaje del desaliño. Una juventud que, por sistema, se disfraza de granuja, más pronto o más tarde tendrá costumbres de granuja... Hay una historia. Tenemos numerosos y, para algunos, célebres predecesores. Los cínicos: los hippies de la Antigüedad. No les repugnaba copular en público (de ahí el sobrenombre de “cínico”: cunos, perro). El amor sin belleza no es más que sexo, y el dinero sin las formas no siembra más que odio. La avispa que ha nacido proveída de un buen aguijón piensa -y es una reacción lógica- que puede clavarlo donde le guste. Sin embargo, aprenderá que hay cosas en las que el aguijón no entra; otras, que se dejan penetrar suavemente; otras, en fin, que al permitir la entrada del aguijón acaban con la vida de la propietaria de esa arma pequeña y, en el fondo, inofensiva. Un joven tiene muchas veces, salvando las distancias, las mismas experiencias que una avispa.

Las palabras, como signos de las cosas, lo que hacen es evocar en nosotros las cosas mismas de las cuales son signos las palabras. Si la palabra, en lugar de aclarar el mensaje de las cosas, entorpece la posesión directa de la verdad, entonces sobra, está de más. La esencia de la actividad educativa carga su acento precisamente en la palabra como signo que expresa el concepto interior. La palabra al servicio de la idea.

El colegio complementa la formación que, primera y fundamentalmente, ha de darse en casa. Los padres son siempre los principales educadores de sus hijos. En los últimos tiempos se está generalizando la tendencia a resignar esta ineludible responsabilidad de la educación de los hijos al colegio, o a la universidad, en su caso, considerándolos como los principales, si no únicos, educadores de la juventud. Es verdad que muchas de estas buenas maneras pertenecen a un pasado en el que respetábamos la blancura de las paredes y, para las expansiones gráficas, utilizábamos las pizarras; en el que tratábamos de que nuestro lenguaje se distinguiera del tabernario y estuviera a la altura de-lo-que-se-esperaba-de-nosotros. Tiempos en que la corrección debía ser silenciosa, esto es, que debía recibirla el alumno sin proferir palabra, sin gritar, sin quejarse, sin murmurar; pues de lo contrario, manifestaría que no la recibe voluntaria ni respetuosamente.

La corrupción de la lengua es uno de los factores más eficaces de corrupción social. El profesor ha de mirar no lo que a él le conviene, sino lo que le conviene al alumno. Al profesor corresponde una orientación altruista en la que, vuelto de espaldas a su propio yo, se entregue al perfeccionamiento de los demás. Son el silencio, la vigilancia y la prudencia de un profesor los que establecen el orden en una clase y no los gritos y, muchos menos, las actitudes agresivas. Muchos profesores, y también muchos padres, sabemos que una mirada es en ocasiones más eficaz que cualquier palabra.